"Algo que lo hace tan poderoso es que simultáneamente tiene que ver con disfrazarse y con identificarse", señala el artista Jez Dolan.

Se refiere al polari, un lenguaje secreto convertido el siglo pasado en una especie de "guiño verbal" entre hombres gay en el Reino Unido, antes de que en 1967 se despenalizaran en Inglaterra y Gales los actos homosexuales entre mayores de 21 años.

Les permitía esconderse y, al mismo tiempo, revelarse.

"Ocultabas lo que estabas hablando de gente que no lo conocía, pero si estabas en un bar y te gustaba alguien, lo dejabas caer en la conversación y luego sabías cómo proceder por su reacción", indica Dolan.

El polari es raramente hablado hoy en día.

Sin embargo, cuando la homosexualidad era ilegal, era una forma de comunicarse en público sin correr el riesgo de ser arrestado, además de ser una oportunidad de desafiar el status quo.

"Fue utilizado principalmente por grupo de personas marginadas de la sociedad y asociadas con la criminalidad", dice Paul Baker, experto en historia lingüística de la Universidad de Lancaster, Inglaterra y autor del diccionario sobre el polari y la jerga gay Fantabulosa: A Dictionary of Polari and Gay Slang.

"Despertó escaso interés académico y no habría sido visto como lo suficientemente respetable para ser tomado en serio", agrega.

Como resultado, no fue escrito. Incluso Baker argumenta que ni siquiera se trata necesariamente de un solo lenguaje hablado.

"Debido que hay capas sobre capas de distintas influencias, no haya una sola versión del polari y hay poco consenso sobre cómo deletrear las palabras, sus pronunciaciones y significados".

Orígenes múltiples

A Baker le ha resultado difícil desenmarañar una clara historia del léxico.

Un terminó que aparece frecuentemente es "bona" ("bueno" o "atractivo"), incluido por primera vez en Enrique IV Parte II de Shakespeare.

Sin embargo, algunas de las más tempranas palabras del polari provienen de la jerga "Molly" del siglo XVIII.

"Los 'mollies' eran hombres afeminados que tenían relaciones sexuales con otros hombres", indica Baker.

"Algunas veces eran encarcelados y algunas palabras de la jerga criminal cant terminaban formando parte de su lenguaje".

El autor describe también cómo otra jerga, el parlyaree (del italiano 'parlare'), surgió entre músicos callejeros, circos itinerantes, ferias, vendedores de mercado, prostitutas y mendigos.

Derivado del italiano, comenzó a ser empleado en las salas de música a finales del siglo XIX, pasando a ser conocido como palarie.

"Tenía influencia de la lengua franca usada por marineros, así como también de la jerga rimada cockney y del yiddish, hablados especialmente en el este de Londres".

Lenguaje alternativo

Tras ser adoptado en las salas de música, el palarie pasó a ser asociado con los hombres gay a comienzos del siglo XX.

"Se le agregó también algo del francés de la escuela para hacer sonar sofisticado a quien lo hablara o con propósitos irónicos", apunta Baker.

Los soldados estadounidenses apostados en el Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial también aportaron algunos términos de la jerga de su país.

Y en la década de 1960, cuando para entonces ya era conocido como el polari, el lenguaje absorbió algunos términos de la contracultura para referirse al uso de drogas.

Baker considera que el polari es una forma de "antilenguaje", un término acuñado por el lingüista Michael Holiday en 1978.

Lo define como "un idioma utilizado por gente que está 'afuera' de la sociedad convencional con su propio vocabulario para elementos que no tienen interés para esa sociedad predominante".

"Palabras relacionadas con el sexo gay o la apreciación de los cuerpos masculinos, pero que también demuestran un sistema de valores alternativos".

Y escoge para ilustrarlo la palabra sea-queen ("reina del mar"), que significa un hombre al que le gusta tener relaciones sexuales con marineros.

Burlando censura

Como indica Dolan, "los idiomas están hechos para aclarar las cosas y facilitar la comunicación y aquí a veces se trata de hacer más difícil la comunicación"

Y hace referencia a una clásica serie de comedia radial de la BBC, Round the Horne, que se transmitió desde 1965 hasta 1968 en la que los personajes usaban frecuentemente el polari.

Hugh Paddick y Kenneth Williams interpretaban, en un medio de entretenimiento convencional, a Julian y Sandy, dos actores homosexuales afeminados cuando en el Reino Unido los actos sexuales entre hombres eran ilegales.

Según Dolan, uno de los guionistas, Barry Took, reveló que el uso del polari permitió que algunos de las escenas más picantes pudieran eludir a los censores.

Humor y desafío

El humor era un componente clave del polari, un lenguaje que tenía distintas funciones.

"A veces era enseñado por personas mayores, más establecidas en la escena gay, como forma de iniciar a los más nuevos", dice Baker.

"Algunos hombres gay lo usaban socialmente para reír entre sí, a veces desarrollando argumentos graciosos que incluían insultos inteligentes en polari", añade.

"Podía ser usado para mantener la discreción en público, pero si alguien estaba vestido muy extravagantemente, su sexualidad ya no era un secreto y el polari podría ser entonces usado más agresivamente para insultar a personas que pudieran ser hostiles".

En los años antes de la Ley de Delitos Sexuales de 1967 (Sexual Offences Act), el polari también representó una oportunidad de mostrarse desafiante, en medio de un clima de persecución.

"Quienes hablaban polari se referían a la policía como 'Lily law' (Lily ley). Feminizaban a todo el mundo", dice Baker.

Otras frases incluían a "Jennifer justice" (Jennifer justicia). Este sesgo ideológico es, según él, lo que hacía que el polari no fuese solo una jerga.

"Una palabra como 'bono' no solo significa bueno. Significa bueno por los valores de la subcultura gay y el punto de vista humorístico o afeminado era una estrategia para lidiar con situaciones difíciles como abusos, ataques, chantajes o arrestos", destaca Baker.

"Dar la impresión que te afectaba más tener uña rota o una peluca torcida que ser arrestado hacía que pareciera que no te importara lo que la sociedad trataba de hacer para avergozarte".

Inofensivo y provocador

Si bien hablar en polari puede permitir que el lenguaje picante no sea detectado, también puede funcionar de manera opuesta.

"Puede sonar grosero, pero muchas veces no lo es", dice Dolan.

Y todavía tiene el poder de causar revuelo.

Dolan ha sido durante 20 años miembro del grupo activista LGBT Sisters of Perpetual Indulgence ("Hermanas de la Perpetua Indulgencia").

Después de que una de sus compañeras hermanas (Matic de Bauchery, o Tim Greening Jackson) tradujo La Biblia al polari, Dolan organizó "Bibleatones" en los que extractos fueron leídos por estudiosos del lenguaje.

Unos seminaristas en un instituto teológico de la Iglesia Anglicana fueron más lejos, celebrando el pasado febrero el mes de la historia LGBT con una misa en polari.

En vez del tradicional "Gloria al padre, al hijo y al Espíritu Santo" (en inglés: "Glory be to the father, and to the son and the Holy Spirit"), la oración fue "Fabeness be to the Auntie, and to the Homie Chavvie, and to the Fantabulosa Fairy", lo cual, estimado lector, es imposible de traducir exactamente al español, pero lanza sus buenos deseos sobre la "tía", el "jovenzuelo indeseable" y el "hada fantabulosa".

El director del instituto lamentó lo ocurrido, explicando que la liturgia no había sido autorizada.

La disculpa "muestra que en algunos contextos el polari es visto como inapropiado, aunque fue usado con la intención de mostrar la inclusión de la comunidad LGBT", apunta Baker.

"Hay ese aspecto desafiante", resalta Dolan.

"También se trata de reclamar el espacio homosexual, de manera de usarlo lo más elaboradamente posible, especialmente cuando a los homosexuales no se le dieron esos espacios o se les mantuvo alejados".

Lee la historia original en inglés en BBC Culture

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