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Fabiola Campillai: “Para mí no hay justicia, porque no me van a devolver nada"

Fabiola Campillai: “Para mí no hay justicia, porque no me van a devolver nada"
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La mujer que perdió la visión por el impacto de una bomba lacrimógena mientras esperaba una micro en un paradero de San Bernardo se refirió al incidente que le provocó ceguera y dijo no querer ser "una carga para nadie".

Fabiola Campillai, una de las víctimas de Carabineros durante las manifestaciones sociales que perdió la visión producto del impacto de una bomba lacrimógena mientras esperaba una micro en San Bernardo, aseguró que no habrá justicia para ella “porque no me van a devolver nada”.

Pese a las múltiples peticiones de diferentes organizaciones y manifestantes en las protestas sobre la necesidad de justicia para que se esclarezca el caso que la dejó ciego, la mujer explicó, en una entrevista con Ciper, que no hay nada que pueda reponer el daño que se le causó.

“Para mí no hay justicia, porque no me van a devolver nada. Te quitan algo de lo más importante que uno tiene, porque si hubiera sido una pierna o un brazo, yo no sé… Pero tus ojos, no puede haber nada que te los devuelva”, dijo Campillai.

Fabiola Campillai: “Para mí no hay justicia, porque no me van a devolver nada"
Fabiola Campillai: “Para mí no hay justicia, porque no me van a devolver nada"

“Trato de ser fuerte, de sacar esa fuerza. Todavía me queda un poco de llanto, de pena, pero de a poquito va saliendo. También, no sé, tengo como una rabia, porque uno piensa que la gente, no solo la mutilada, sino también la fallecida, no va a tener justicia”, agregó.

Sobre los hechos ocurridos minutos antes de las 21 horas del 26 de noviembre en San Bernardo la mujer dice no recordar mucho.

“Mi hermana estaba ahí. Le dije que me dolía la cara. Luego de eso me desmayé y desperté un día martes acá en el hospital cuando había pasado una semana, porque este accidente fue el martes en la noche y yo desperté un día martes aquí, en el hospital”, explicó al medio citado.

“No fue desesperante, fíjese. Cuando me dijeron que ya no iba a ver, no pensé en el futuro. Andaba contenta. O bien fue como una defensa para no llorar, para estar firme, para darle fuerza a los demás. De un principio no era tan pesado, pero pasa el tiempo y ahora sí es pesado. Ahora, si uno piensa en lo que va a pasar, que de repente puede ser una carga para los demás, porque me levanto de este sillón y me cuesta hasta caminar. No quiero ser una carga para nadie”, enfatizó.

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