¿Qué tipo de escuelas queremos? ¿Deberían enfocarse en la creatividad y fomentar el pensamiento independiente? ¿O deberían priorizar la disciplina y los conocimientos básicos?

Por supuesto que ambas cosas no son excluyentes. Mucha gente querría las dos.

Pero un estudio realizado por el Centro de Investigaciones Pew en Estados Unidos les preguntó a personas en 19 países cuál sería su prioridad.

Si tenían que elegir, ¿qué preferirían, promover la creatividad o fijarse de cumplir las "bases académicas"?

El trabajo, que formó parte de la encuesta anual del Pew sobre puntos de vista globales, mostró grandes diferencias culturales en torno a la educación y una polarización política creciente.

En países como España, Alemania, Holanda, Suecia y Canadá hubo una preferencia clara de la opinión pública por un sistema educativo que pone el énfasis en la creatividad y la libertad de pensamiento.

Por ejemplo, en España el 67% de los encuestados querían que las escuelas prioricen la enseñanza de la creatividad, comparado con el 24% que querían que se enfoquen en los conocimientos académicos básicos y la disciplina.

Volver a la bases

Pero en el otro lado del espectro estuvo el Reino Unido, donde el 51% dijo que querían que las escuelas pongan el eje en lo básico y la disciplina, comparado con el 37% que consideró deberían prestarle más atención a cultivar la creatividad.

Esta postura fue bastante similar a la de los países menos desarrollados incluidos en el estudio, como Kenia y Nigeria, donde la expectativa es que las escuelas deben enfocarse en las enseñanzas básicas.

Países como EE.UU., Australia y Japón se colocaron más al medio, con las opiniones divididas.

China fue el país en el que hubo mayor exigencia para que los colegios cumplan con todos estos aspectos, sin que haya que elegir uno sobre el otro.

Además de querer averiguar la opinión pública sobre el estilo de educación, el Centro Pew también investigó en qué medida las visiones liberales o conservadoras sobre la educación eran un reflejo de las divisiones políticas.

Los investigadores encontraron que en las economías más avanzadas, como las de Europa occidental y América del Norte, "las preferencias educativas son un asunto ideológico".

Divisiones políticas

Hallaron que, de lejos, los países con mayores divisiones políticas eran EE.UU. y el Reino Unido, donde las personas con ideologías de derecha o de izquierda tenían ideas muy diferentes con respecto a la educación.

En países como Holanda, Canadá y Alemania había una mayor superposición de opiniones entre quienes eran más liberales o más conservadores.

Un estudio anterior del Centro Pew, publicado el mes pasado, mostró un ejemplo claro de la división de opiniones en EE.UU.

Hasta hace pocos años las investigaciones mostraban que una mayoría, tanto de republicanos como de demócratas, consideraban que las universidades eran beneficiosas para el país.

Pero los republicanos se han mostrado cada vez más escépticos sobre la educación superior: en 2017 el Pew informó que el 58% creía que "las universidades y facultades tienen un efecto negativo sobre cómo van las cosas en el país".

En cambio entre los demócratas ocurre lo contrario: la tendencia creció y ahora el 72% considera que la educación superior tiene "un impacto positivo" para el país.

Estas son dos maneras de mirar al mundo muy diferentes.

También había opiniones diferentes sobre el propósito de la educación superior.

Para la mayoría de los republicanos su valor principal es la adquisición de habilidades específicas. En cambio los demócratas se muestran más proclives a la idea del "crecimiento personal".

¿Cambiarán las políticas públicas debido a estas percepciones?

Otro estudio publicado esta semana comparó la financiación educativa con las prioridades en el gasto público.

Los datos de Eurostat sobre algunos países europeos mostraron que Dinamarca, Suecia e Islandia eran los que más gastaban en educación, en comparación con la riqueza del país.

Finlandia, Bélgica, Estonia y Letonia también tenían presupuestos educativos altos, mientras que el Reino Unido tenía una cifra promedio dentro de la Unión Europea.

El ranking mostró las enormes diferencias en financiamiento entre los países: los de más arriba gastaban más del doble que los de abajo en la lista, en términos de porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB).

También había muchas diferencias en las prioridades del gasto público.

Por ejemplo, Dinamarca lideraba el ranking en presupuesto educativo pero tenía el menor gasto en "orden público y seguridad", lo que incluye a la policía.

En cambio Rumania tenía el gasto más bajo en educación pero uno de los más altos en orden público.

Los sistemas educativos seguirán siendo un espejo de batallas más grandes sobre temas políticos y de prioridades de gasto.

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