Son labores reservadas para hombres, pero muchas mujeres cubanas la desarrollan por necesidad, pero con devoción y esfuerzo.
Son carboneras, pescadoras, árbitros de béisbol o trabajan en la construcción o en los cañaverales.
Se llaman Norma, Bertha, Celina, Marta, Yanet o Yusmailin y son algunas de las mujeres cubanas que realizan trabajos no tradicionales, habitualmente reservados para hombres.
Ellas rompieron con los prejuicios y decidieron encontrar su camino. Han aprendido a disfrutar de la tarea, pese al duro esfuerzo y la recompensa, que a veces es ínfima.
Son mujeres trabajadoras. Conócelas con estas imágenes del fotógrafo Juan Cruz Rodríguez.
Norma González (61 años), Bertha Rosa Blanco (43) y Celina González Díaz (59) son carboneras en Sandino, en el oeste de Cuba. Han creado caminos y recovecos que sólo ellas saben desentrañar. Todo por un carbón que luego venden por un irrisorio pago de 15 centavos el kilogramo. |
Yusmailin Espinosa (32 años) es tímida y enjuta. Bebe cerveza de pipa en carnavales. Y cuando no hay carnavales, pues hace lo de siempre: cortar cañas en su cañaveral de San Luis, Santiago de Cuba. Alguna vez formó parte de un contingente femenino, pero ya sólo queda ella. |
Yanet Moreno (40 años) ha logrado colarse en el altar sagrado de los cubanos: es árbitro de béisbol en primera categoría. Y después de 12 años al máximo nivel en un torneo donde no abundan los buenos umpires, Yanet sigue relegada en un segundo plano. |
Marta Carrioso (62 años) es mezclera, o sea, prepara la mezcla en los tambores de una microbrigada de construcción en Guantánamo. Lleva 20 años en la construcción y ha ayudado a levantar decenas de casas. Pero todavía vive en un albergue. |
Marta Virgen Fao (60 años) es pescadora en Granma, pero la licencia está a nombre de su marido. De ahí que rehúya de las fotos. Con esa atarraya pesca a la orilla de la costa. |
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