Las víctimas eran de ocho países distintos. 60 lograron escapar antes de la masacre, entre ellos un escocés que relató lo crudo del episodio en que escuchó fuertes disparos de metralletas y morteros.
Los rebeldes dejaron escapar a los 685 argelinos y se ensañaron con los extranjeros. Durante dos meses prepararon el ataque a cargo de 32 muyahidines liderados por Mojtar Bel Mojtar. Él logró escapar, pero 29 de sus camaradas fueron abatidos por el ejército argelino que incautó armamento de alto calibre.
Hoy el primer ministro de Argelia Abdelmalek Sellal, defendió el rescate de los rehenes y afirmó que “la mayoría de ellos fueron liberados, excepto cinco de los extranjeros que todavía no sabemos dónde están. Todavía pueden estar escondidos, tal vez se fueron a otro lugar, o tal vez están muertos. Dios tenga piedad de ellos".
La intervención del Primer Ministro no logó acallar las dudas sobre la capacidad de Argelia para contener la crisis. Ahora, con el escape de Mojtar ben Mojtar, aparece una nueva preocupación: la eventual creación en Argelia de un nuevo foco terrorista ligado a Al Qaeda.
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