Por un tercer período consecutivo Bashar al Assad fue electo como presidente en Siria, logrando la victoria sobre dos candidatos que también pertenecen a su coalición política.

Las votaciones transcurrieron solo en sectores controlados por el gobierno sirio -cerca de un 73 % del país-. En el norte y este, en cambio, los rebeldes se resistieron a participar, pues justamente reclaman contra la familia de al Assad –en el poder hace 44 años-.

Sus disidentes “votaron” tirando fotos de al Assad al alcantarillado a modo de protesta.

Se estima que más de 150 mil personas han muerto desde que estalló la guerra civil, y cerca de tres millones habrían escapado del país.

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