Destruidas quedan las ciudades tras los intensos combates el ejército sirio y grupos de rebeldes, que desde hace 20 meses luchan por sacar al presidente Bashar al Asad del poder.

Una guerra civil que se extiende no sólo dentro de Siria, ya que sigue la tensión en la frontera con Turquía, país al que han huido miles de personas escapando de la violencia, pero donde también hay fuego cruzado entre militares turcos y sirios.

La cifra de muertos no deja de aumentar. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, ya son más de 40 mil desde el inicio del conflicto, de ellos, cerca de 29 mil serían civiles.

Uno de los últimos objetivos del ejército sirio fue un hospital. Un ataque lo destruyó casi por completo y dejó al menos 40 fallecidos y decenas de heridos.

En tanto, la televisión estatal insiste en que son terroristas los responsables de la violencia en el país. Combates en los que ni siquiera la comunidad internacional ha logrado intervenir, menos detener el aumento de víctimas inocentes.
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