El caso de los dos suboficiales de Marina peruanos (en la imagen) acusados de espionaje para Chile trae a la memoria cuatro grandes controversias de este tipo que generaron roces entre ambos países. 

1) El fusilamiento de Julio Vargas: En 1978, en medio de las tensiones entre Chile y Argentina por el Canal Beagle y tras años de tensiones con Perú que tuvieron a ambos países al borde de un conflicto bélico, dos oficiales chilenos fueron acusados por fotografiar ocultamente en la base militar de Talara (norte de Perú) los aviones de combate Sukhoi Su-22 adquiridos por Perú a la Unión Soviética hacía poco tiempo, siendo arrestados por la seguridad de la Fuerza Aérea peruana.

Las autoridades de ese país capturan a otras cuatro personas acusadas de espionaje en la base aérea de La Joya, cerca de Arequipa. 

El presidente peruano de entonces Francisco Morales Bermúdez declaró persona non grata al embajador chileno Francisco Bulnes. Antes de partir, Bulnes pide la liberación de los oficiales chilenos. Todos fueron expulsados de Perú en enero de 1979.

El ex suboficial FAP Julio Vargas Garayar, casado y con una hija, trabajaba en la embajada de Chile en Lima tras ser dado de baja cuando en 1976 no consiguió aprobar unos cursos de promoción, asegurándose que oficiales del ejército chileno le contactaron allí para desempeñarse como espía y le pidieron realizar fotografías de la base aérea de la FAP en La Joya (Arequipa).

El suboficial de la Fuerza Aérea peruana Juilo Vargas Garayar, de 29 año, quien había trabajado en la embajada chilena en Lima, fue acusado de espionaje por tomar fotos en La Joya y sentenciado a muerte en un juicio sumario ante un tribunal militar.

El Consejo de Ministros negó el indulto al condenado y el 20 de enero de 1979 Vargas Garayar fue fusilado por traición a la patria.

Hasta su muerte, Vargas indicó que sólo era un contraespía subordinado al Servicio de Inteligencia del Perú, entregando información relevante a los mandos militares peruanos y dando sólo datos de poca relevancia a Chile.

2) Espionaje en la embajada chilena: En 2001, se encontraron cuatro micrófonos en la embajada chilena en Lima. La denuncia fue hecha por el entonces embajador Juan Pablo Lira. Los aparatos electrónicos no estaban activos, pero el hecho generó una importante controversia. En medio del gobierno de transición de Valentín Paniagua (tras la renuncia de Alberto Fujimori el año anterior), las autoridades peruanas negaron su participación en el hecho. 

3) Caso De la Cruz: El ciudadano peruano Odar de la Cruz, que ingresó a Chile como turista en abril de 2009, fue detenido luego que personal naval lo sorprendiera fotografiando instalaciones militares. El jefe de la V Zona de la Policía de Investigaciones, prefecto inspector Julio Ibáñez, indicó que el peruano fue deportado a su país por instrucción de la Intendencia. El gobierno chileno exigió explicaciones y calificó el incidente como "anormal e inaceptable".

4) Caso Ariza: El 14 de noviembre de 2009, el gobierno peruano denunció a Chile por el caso de espionaje realizado por el suboficial de la Fuerza Aérea Peruana (FAP) Víctor Ariza Mendoza, acusado de entregar información clasificada y secreta a Chile.

El gobierno limeño calificó el hecho como un acto  "inamistoso y ofensivo contra Perú", mientras que Chile negó estar involucrado en el caso de espionaje.

En diciembre de 2010, la Sala de Revisión del Tribunal Supremo Militar Policial resolvió condenar de manera definitiva a 35 años de prisión al suboficial por vender información clasificada a Chile. El fallo incluyó una reparación al Estado peruano de un millón de nuevos soles (unos 200 millones de pesos chilenos). 

El 8 de febrero de 2011, Víctor Ariza fue finalmente degradado y expulsado de la FAP, como medida disciplinaria para evitar que se repitan casos parecidos en esa institución. Actualmente, Ariza cumple su condena en la base aérea de Punta Lobos, según informa el diario limeño La República. 

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