Le llaman “Staff Riding” y aunque cueste entenderlo, ellos lo consideran un deporte. Dicen que es catártico, liberador y a la vez adictivo; sus protagonistas son jóvenes de no más de 25 años, casi todos oriundos de Katlehong, una localidad ubicada a 35 kilómetros al Este de Johannesburgo, la ciudad más poblada de Sudáfrica.

La temeraria práctica quedó en evidencia tras ser documentado por el periodista gráfico italiano Marco Casino, quien al enterarse de la existencia de estos “surfistas” –gracias a “Surfing Soweto”, un documental previo realizado por Sara Blecher-, viajó a Sudáfrica y se mimetizó por algunas semanas con  los jóvenes, todos provenientes de estratos sociales muy vulnerables, para así lograr filmarlos con su consentimiento.

La actividad es ilegal y con razón: aunque impresiona ver cómo sortean túneles, cables y el propio viento, los surfistas de trenes están expuestos a las electrocuciones, mutilaciones y, en el peor de los casos, la muerte.

Revisa este micro documental a continuación (subtítulos en inglés): 

 

 

 

 

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