Por Pablo Cádiz y María José Soto

Las puertas se abrieron. El humo y las luces cegaron a Álvaro Ballero, Catalina Bono, Oscar Garcés y Aline Blanc, quienes la noche del 8 de abril de 2003 salieron del estudio 1 de Canal 13, el lugar donde vivieron durante 3 meses. La “Casa estudio”. 

Por primera vez, los finalistas del primer reality de la televisión chilena tenían contacto directo con el público que durante semanas había seguidos sus historias, se había emocionado y había destinado parte de su saldo de telefonía móvil en decidir semanalmente quién era el eliminado de “Protagonistas de la Fama”. 

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“Era la primera vez que estaba en vivo. Me acuerdo que fue increíble, lo disfrutaba, llegó el minuto de la cosecha, de la fama, de por fin voy a lograr lo que siempre quise”, recuerda Ballero. 

Las grabaciones habían terminado 48 horas antes de la final. Mientras tanto, los finalistas se quedaron esperando en la casa estudio. Afuera, escuchaban los ruidos de los preparativos. Sin embargo, cuenta Aline, ninguno se esperaba tal nivel de expectativa:  “Cuando abrieron la puerta y nosotros íbamos caminando y veíamos a toda esa gente, y se sabían los nombres y como que la vida de nosotros, eso fue un poco impactante y extraño... yo creo que se nos nota en la cara, un poco en shock”.

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En el equipo de producción, en tanto, el ambiente era de nerviosismo. La idea es que el trayecto de los finalistas entre la “Casa estudio” y el lugar donde se realizaría la final tomara solo un minuto. “Yo en ese momento estaba loco, porque como un trayecto que tardaba un minuto tardaba cinco, y sentía, pucha, son cinco minutos en que no pasaba nada, pero estaba pasando todo: ellos reencontrándose con la realidad después de tres meses”, cuenta Sergio Nakasone, el productor argentino que llegó a Chile con la misión de realizar el formato que, hace solo meses, había sido todo un éxito en Colombia y Venezuela. Ese día “Protagonistas de la fama” logró un peak de más de 60 puntos de rating, y un promedio de 52. Mirando la pantalla del “people meter”, Nakasone tomó una foto y llamó a su equipo.  “Veamos esto, porque estoy seguro que esto no lo vamos a vivir nunca más”. 

Como parte de la cobertura de T13 sobre los 60 años de Canal 13, en este reportaje contamos la historia de cómo se decidió realizar el primer reality de la televisión chilena, cómo lo vivieron sus “protagonistas” y los mitos en torno a lo ocurrido en la “Casa estudio”. 

"Sin atreverse no se hace televisión”

La frase pertenece a Nicolás Quesille, en ese entonces productor general del espacio con el que el 13 se posicionaría como el primer canal de la televisión chilena en poner en sus pantallas un reality show, un naciente formato televisivo que estaba siendo todo un éxito en Europa con programas como “El gran Hermano” y “Operación triunfo”, inaugurados en 1999 y 2001, respectivamente. Mientras el primero se centraba en la convivencia de los participantes, observándolos permanentemente, el segundo mostraba las aspiraciones de los concursantes de convertirse en estrellas de la canción.

Yo diría que el golpe a la cátedra fue que nadie pensaba que Canal 13 iba a hacer un reality. Y nosotros pudimos demostrar que realities como ‘El gran hermano’ estaban en un extremo en el que Canal 13 nunca iba a llegar, y por lo tanto mostramos que este era un género como cualquier otro
Enrique García, ex director ejecutivo de Canal 13

En un intento por dialogar con nuevas audiencias, el entonces director ejecutivo de Canal 13, Enrique García, inicia en 2002 los análisis respecto de la posibilidad de realizar un programa de estas características. García detalla que la prioridad uno era el programa “Operación triunfo”, pero las negociaciones no fueron fructíferas. En la lista seguía el formato de “Protagonistas”, un reality que combinaba convivencia y pruebas de talento para aspirantes a actores. Fue en ese proceso que una delegación de Canal 13 viajó a Colombia, donde la productora Promofilm se encontraba grabando el reality. Eso sí, con otro nombre: “Protagonistas de Novela”. En Chile se decidió hacer un cambio, dado que el término “novela” no era muy utilizado en Chile, donde se habla de teleseries e, incluso, comedia.  Pero había algo más, según cuenta Quesille: “Sinceramos el tema. A qué van las personas a un reality. Y lo miramos alrededor de las experiencias de todo el mundo, y en general iban por fama”. Entonces, le pusieron “Protagonistas de la fama”.

Aunque no fue sencillo, la propuesta fue aprobada por el directorio del Canal, en ese entonces propiedad de la Iglesia, a través de la Universidad Católica. Enrique García recuerda que plantearon que “el canal tiene que tener un reality, pero tiene que tener un reality acorde a lo que es una línea editorial más bien neutra, no excesivamente abierta, etcétera, y por tanto nos pusimos a buscar qué reality cumpliera con ese objetivo”.

“Yo diría que el golpe a la cátedra fue que nadie pensaba que Canal 13 iba a hacer un reality. Y ese es el gran golpe, porque la visión del reality venía de ‘El gran hermano’, y todo el mundo entendía que los realities eran ‘El gran hermano’, y nosotros pudimos demostrar que realities como ‘El gran hermano’ estaban en un extremo en el que Canal 13 nunca iba a llegar, y por lo tanto mostramos que este era un género como cualquier otro”, señala. 

Ya con el visto bueno del directorio, Sergio Nakasone fue enviado a Chile para unirse con Quesille y materializar el programa. Tras esto, contactaron a Sergio Lagos, en ese entonces, conductor de Chilevisión. Cuando se lo dijeron, Lagos pensó que se trataba de una broma, precisamente por tratarse del 13. “Para mi fue todo un desafío, porque venía de hacer el futuro de Chile, que era un ejercicio periodístico en que yo escribía todos mis textos, venía de hacer Panoramix, que era una suerte de delirio televisivo. Entonces entrar a este ejercicio, que era mucho más complejo, que habían muchos más factores que mantener en tensión, obligó al equipo a hacerme cursos de -más menos- hacia dónde vamos”, recuerda. 

“Me costó, debo reconocer que no fue fácil en un comienzo, pero practicamos hasta lograr esta personalidad casi neutral, pero que sí debía establecer cierto respeto, combinada con cierta calidez”, agrega el conductor.

Con todo eso en proceso, se inició la etapa más crucial: el casting.

Yo, protagonista

Álvaro Ballero tenía 21 años y una obsesión, un sueño: entrar a la televisión. Su familia quería que ingresara a estudiar Administración Pública en la Universidad de Valparaíso, carrera para la que le alcanzaba el puntaje y a la que incluso, se matriculó. Sin embargo, por motivos familiares los Ballero se fueron de Viña hacia Santiago y Álvaro congeló la carrera. Los planes fracasaron y su familia retornó a la costa a los pocos meses. Él decidió quedarse en la capital, asegurando que buscaría trabajo como vendedor o promotor. Pero en realidad, lo que quería era llegar a las pantallas.  “Yo siempre me dije internamente una tontera: "si a  los 20 años no entro a la televisión, nunca voy a entrar (...) Yo siempre me imaginaba invitado al ‘Viva el Lunes’, que me entrevistaban, que iba a ser conductor de televisión, etc", recuerda. 

Fue así que comenzó a hacer pruebas de cámara en  programas juveniles y donde, finalmente, llegó al casting masivo de “Protagonistas de la Fama” en el Mall Plaza Vespucio. Aunque su avance fue rápido, no muchos saben que Ballero pudo quedar fuera del programa, debido a que Nakasone no le convencía. “Si hubiera sido por mi, no hubiera estado Álvaro, pero gracias a la insistencia de mi equipo Álvaro estuvo y creo que gracias a Álvaro Ballero hoy estamos donde estamos”, admite el productor.

La historia de Aline Blanc es distinta. En ese entonces estudiaba teatro y estaba a punto de hacer una pausa en la carrera para viajar a Francia, para perfeccionarse. Fue en su escuela donde se topó con un cartel donde se llamaba a un casting de Canal 13. Ella no quería una carrera televisiva: su idea era juntar plata para su viaje. 

“Cuando me dijeron que era un reality no le tomé mucho el peso al tipo de programa que era”, cuenta Aline, quien en ese entonces solo conocía el formato por un par de veces en que vio “El gran hermano”. Su plan era estar unas dos semanas, pero terminó viviendo tres meses en la “Casa estudio”. El viaje a Francia fue cancelado.  

¿Cómo era vivir en un estudio de televisión con perfectos desconocidos? 

“Yo siempre fui el ñoño, el perno, el que no salía a carretear, escribía poesía... todo lo contrario un poco de lo que se veía en televisión”, recuerda Ballero. Pero había un factor familiar: “estábamos pasándolo pésimo, perdimos todo, nos iban a embargar”.

Ballero recuerda que al ingresar a la Casa Estudio, “era perfecto, me fui a un lugar que era como un hotel 5 estrellas. Al poco rato me empecé a dar cuenta de que yo era como el rey del lugar y que todas las tonteras que hacía me funcionaban, vivía como este sueño de chico de ser famoso y lo estaba disfrutando y era como todo para mi, yo jugaba, lo pasaba bien, en ese pasarlo bien nunca fue tema estar encerrado, nunca”. 

Aline Blanc recuerda que no fue tan difícil vivir encerrada “porque cuando estudias teatro la dinámica es como súper de que te tienes que relacionar con gente. Entonces cuando me metí a la casa estudio no tuve ese problema de comunicación”. 

“Al principio sí fui una persona como muy callada, más observadora, y después obviamente tu te vai haciendo como amigo de algunas personas. Es un poco como en el colegio, siempre digo, no te vas a hacer amigo de todos tus compañeros, vas a tener algunos, dos o cuatro, y eso pasó en este programa, y yo creo que también por eso se formaron bandos, los ‘buenos’, los ‘malos’. Es lo mismo que pasa en una oficina, en la vida cotidiana pasa eso que se arman como grupos, en diferentes partes, en el trabajo, en el colegio, tú estableces tu grupo de personas”, asegura.

Uno de los temas más complicados, recuerda, eran los “Cara a cara”, donde los participantes debían nominar a uno de sus compañeros para dejar la “Casa estudio” por motivos de convivencia. “Era súper complicado porque estabas viviendo con la gente ahí, entonces era como raro decirle quizá algo tan ofensivo a una persona que le podía doler. Entonces me acuerdo que los primeros ‘Cara a cara’ eran muy sutiles, de hecho como que una vez, me acuerdo que bajó un productor que nos dijo que en verdad le tomáramos el peso a lo que íbamos a decir. Después obviamente fuimos entendiendo la dinámica y se fue colocando mucho más directo el enfrentamiento”.

Uno de los más tensos, recuerda Aline, fue cuando Óscar le pegó en la frente a Jorge, quien en ese entonces era su pololo dentro de la “Casa Estudio”.

Un fenómeno llamado “Protagonistas”

El programa se transformó en un fenómeno televisivo. Acaparó portadas de revistas, generó debate y luego de tres meses de emisiones, la final del programa tuvo un rating promedio histórico de 52 puntos. No sólo eso. “Protagonistas de la Fama” generó programas satélite que elevaron la audiencia en franjas horarias donde el canal no tenía liderazgo -como la tarde- y le permitió incrementar la sintonía de matinales, el “Festival de Viña del Mar” y potenciar el regreso de Canal 13 a la “guerra de las teleseries”, con “Machos”.

“Nosotros creíamos que el género iba a impactar, iba a generar cierto diálogo social, etcétera, pero obviamente que pasara a instalar lenguajes, que pasara a instalar conversaciones en la sociedad nunca lo diseñamos así.  El reality comenzó con una audiencia pequeña, de 14 o 15 puntos, y terminó seis meses después con más de 50 puntos. Y eso tenía que ver con la dinámica del género, pero también con la dinámica que generaron los personajes, donde algunos siguen siendo personajes hasta el día de hoy”, afirma Enrique García. 

Sergio Lagos, en tanto, plantea que “yo creo que las intenciones del equipo creador, del equipo de dirección, era probar la posibilidad de generar un fenómeno. Pero en eso hay que admitir que nosotros pusimos la música, las luces, adornamos las mesas, pusimos nuestros mejores agasajos para los invitados, que eran los participantes, peor son ellos los que armaron ese relato. No tuvo que ver con lo que nosotros pudiésemos armar o decir, sino que fueron ellos mismos en su espontaneidad, en su observación del proyecto y en sus ganas de ganar también las que fueron armando todas esas historias”. 

“Hoy a la distancia siento que el casting  de protagonistas fue uno de los mejores, porque sin duda es el más puro. Nunca va a a haber un reality con tanta pureza, inocencia y verdad, y me alegra que hoy la mayoría de los participantes están super bien, y todos a tanto tiempo son recordados”, agrega Nakasone. 

La llegada del formato, sin embargo, no estuvo exenta de polémicas, incluso a nivel político. Uno de los más críticos, el entonces senador socialista José Antonio Viera-Gallo, quien cuestionó que los jóvenes “consientan afectar su privacidad, su intimidad y su libertad a cambio de la fama y sometiéndose a situaciones crueles”. Incluso,  instó a sus pares a suscribir un proyecto de acuerdo para solicitar al Consejo Nacional de Televisión (CNTV) un pronunciamiento sobre el impacto de este tipo de programas.  Canal 13 apostó por la innovación invitando al propio Viera-Gallo al espacio de conversación ligado al reality, “Encuentros cercanos,” a manifestar sus puntos de vista.

En medio de este debate, el Consejo Nacional de Televisión, encargó una investigación para analizar sus posibles efectos en la población. Sin embargo, y contra todo pronóstico de las voces críticas, una de las principales conclusiones fue que el género estimulaba la posibilidad de ver televisión en familia. Un 53% de los niños y jóvenes encuestados aseguraba ver este tipo de programas acompañados de sus hermanos, un 48,5 de sus padres y un 15,5% junto a sus amigos. Según consignaba el CNTV entre los atributos positivos del programa estaba, según los encuestados, : “el esfuerzo para alcanzar metas, la comprensión, la tolerancia, la franqueza, la amistad, la convivencia social y la representación de distintas posturas valóricas”. En tanto, otro estudio elaborado por la empresa Mori sostenía que el espacio “abrió los ojos de los telespectadores asumiendo una posición más liberal y flexible y dio cuenta de la diversidad y pluralidad presentes en la actualidad”.

El casting era pura verdad, pura espontaneidad, y potencia de una generación que desplumó al chileno
Sergio Nakasone

Para Nicolás Quesille, “hay un cambio en la televisión a partir de ese momento, porque el lenguaje del reality impregna a todo el resto de los géneros y formatos de la televisión. Y creo que ahí estuvo el mayor aporte de la industria”

“La audiencia resultó muy positiva para el proyecto porque vieron algo que nunca había ocurrido en la pantalla: Una suerte de plaza abierta donde distintos personajes, de distintos sectores sociales se atrevían a conversar, muchas veces en diálogos más distendido, más naturales, sin la corrección y la forma estructurada de la televisión de esa época”, afirma Sergio Lagos. 

Sobre las claves del éxito, Ballero lo atribuye a que “este era un espacio que le permitía a los jóvenes hablar de cosas distintas. El formato de Protagonistas era un formato que permitía tener a jóvenes de distintos físicos, no era un formato donde tenías que tener a pura gente musculosa o niñas operadas. Éramos normales, era toparte con el vecino de al lado, y eso es muy atractivo para la gente”.

“Yo siento que Protagonistas fue como un paseo de curso de tres meses muy entretenido, y a todos mis compañeros los quiero, los estimo y los extraño como si fueran esos compañeros de curso que por equis motivo nunca más te los topaste, pero si te juntai con ellos los vai a abrazar y te vas a emocionar, yo me emociono cada vez que los veo”, asegura.

Un programa, cientos de mitos

Desde que habían libretos, que les alteraban el suelo hasta que todo estaba arreglado. Estos son solo algunos de los mitos que rodearon a “Protagonistas de la Fama”. Incluso, a más de 16 años de su emisión. Para Nicolás Quesille, “cuando hay un producto audiovisual que une en audiencia a tantos millones de chilenos es imposible que no surjan mitos”. 

¿Qué dicen los realizadores? Acá respondemos a algunos

¿Les alteraban el sueño para que estuvieran más irritables, y se desataran conflictos?

Quesille asegura que esto es “falso e imposible”. “Mirémoslo desde la industria televisa o desde cualquier otra industria. Para hacer eso tendríamos que haber pagado el doble de turnos de gente trabajando de noche. Imposible”.

“Además, si los participantes estaban en un estudio que no tenía ventanas, qué sentido tenía que fuera de día o de noche. Ese es un rumor divertido, pero que no tiene nada de cierto”, asegura.

¿Había un favorito para ganar?

Quesille señala que “yo creo que el país estaba tan dividido entre dos o tres participantes, que esto es como el fútbol: uno puede decir que el árbitro está más cargado para un lado o para el otro. Pero la verdad es que nos daba lo mismo quién ganara, lo que nos importaba era que al programa le fuera muy bien”. Sobre esto, hay otro elemento a considerar: Janis, quien era una de las participantes favoritas del casting, fue eliminada a la mitad del programa. 

¿Hubo relaciones sexuales al interior de la Casa estudio?

Nakasone responde: “Dicen ellos que sí, yo creo que si hubo sexo hubo un sexo de adolescentes, a escondidas, rápido. Para ir rompiendo mitos: Qué se hacía. nosotros el único protocolo que si nos exigía el Canal es que pasada determinada hora las cámaras ya no trabajaban, y sólo quedaba registro de robóticas, y una persona del canal quedaba como de guardia. Nosotros, la producción, dejábamos de buscar contenido. Quedaba una sola persona, que tenía el acceso. Con robóticas, ellos contaban que se metían debajo de las camas, etcétera. Si hubo sexo, hubo sexo debajo de las camas, de una forma muy incómoda, muy adolescente. Pero es algo que nunca registramos, y yo -que veía todo- no tengo la certeza de decir hubo sexo”.

Quesille, por su parte, cuenta que “había cierto resquemor a que los protagonistas del programa pudieran tener relaciones sexuales dentro del estudio, dentro de este recinto de canal. Siempre ha sido parte de la confidencialidad del reality” “Yo siento en el día de hoy que no tiene ninguna importancia, porque no tenía que ver con la historia que en ese momento había que contar. Hoy día se hacen realities donde ese tipo de temáticas son fundamentales para llevar la trama, pero en ese momento no”.

¿Nakasone dormía en el canal?

Él mismo responde: “Dormía en el canal. Yo creo que de las 24 horas -lo veo a la distancia y no lo volvería a hacer- pero creo que de las 24 horas, pasaba 20 en el canal. Yo vivía en un hotel, y me iba solo a bañarme. Fascinado de vivir en el canal”. 

“Esa colchoneta existía. Se hizo más fuerte en los siguientes realities, porque al estar dentro del canal era una tranquilidad, porque no se arrancaban, no había filtraciones. Había ciertas filtraciones, pero eran a propósito de sacar portadas”, agrega. 

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