Hay en la actualidad un floreciente mercado que debe gran parte de su éxito a uno de los mayores escándalos de la industria del automóvil: el del paladio.

El precio de este metal raro se ha disparado un 48% en sólo un año y ya ha superado al del platino, algo que no sucedía desde 2001.

El viernes pasado, una onza se vendía a US$1.008, según la Bolsa de Metales de Londres (LM, en inglés), el mayor mercado de metales del mundo.

Un año antes, en cambio, no era necesario pagar más de US$681 por la misma cantidad.

Uno de los principales motivos de este incremento se encuentra en una polémica que la industria automotriz arrastra desde hace dos años: la de la manipulación de carros con motor diésel.

Desconfianza

La empresa alemana de automóviles Volkswagen admitió en 2015 que había utilizado un software en millones de vehículos para que pudieran pasar los controles medioambientales.

Su presidente, Martin Winterkorn, tuvo que renunciar y, desde entonces, la firma se ha enfrentado a juicios, inspecciones y multas millonarias.

Pero las acusaciones de haber alterado motores se extendieron a otras compañías como Daimler y PSA Peugeot-Citroen, a las cuales las autoridades de países como Francia y Alemania han abierto investigaciones por un posible fraude.

Como consecuencia, la imagen de los carros que funcionan con diesel quedó muy dañada y el público empezó a desconfiar de estos productos.

Sobre todo en Europa, como aseguró a BBC Mundo el analista del sector metalúrgico del ICBC Standard Bank, Marcus Garvey.

Pero, ¿qué relación tiene todo esto con el paladio?

Que, por primera vez desde 2009, las ventas en Europa de automóviles que consumen gasolina sobrepasaron las de aquellos que usan diésel, según la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA, por sus siglas en inglés).

Y el paladio es un elemento esencial para la fabricación de los catalizadores que se colocan en los sistemas de escape de los vehículos a gasolina.

Más demanda, igual oferta

"En Europa, el diésel se había vuelto el tipo de motor más extendido. Pero lo ocurrido en los últimos años ha influenciado", explicó Garvey.

A esto le suma el incremento de las compras de carros en China e India, donde se comercializan más los de gasolina.

Estos factores hicieron que la demanda de paladio creciera. "Pero la oferta, que este año estimamos en un millón de onzas, apenas ha variado en los últimos cuatro años", afirmó.

Los datos de ACEA corresponden a la primera mitad de 2017 y muestran que los autos diésel fueron el único tipo de vehículo que registró una caída de ventas en este continente.

Los europeos compraron más autos híbridos, eléctricos, de gas natural y hasta de gasolina, algo que preocupa a la patronal, ya que emiten más CO2.

"Las autoridades deben ser conscientes de que un viraje repentino de la tecnología diésel a la gasolina conllevará a un incremento en las emisiones de CO2, ya que la penetración de motores que funcionan con energías alternativas permanece baja", señaló el secretario general de ACEA, Erik Jonnaert, cuando presentó estos resultados en septiembre.

En concreto, entre enero y junio de este año se habían vendido 152.323 carros diésel menos, una caída del 4% respecto al mismo periodo del año anterior en Europa, una región importante para el sector del automóvil.

Los de gasolina, en cambio, aumentaron sus ventas en 328.615 unidades (+10%).

Altos precios "justificados"

La preocupación de Jonnaert se debe a que los vehículos a gasolina le quitaron cuota de mercado a los que van a diésel.

Los primeros pasaron de representar el 45,8% de las nuevas matriculaciones en 2016 al 48,5% en 2017 y los últimos, del 49,9% al 46,3%.

Entre el 75% y el 80% del paladio que se extraerá de las minas este año se utilizará en la fabricación de convertidores catalíticos, según los datos que maneja ICBC Standard Bank.

Estos dispositivos se encargan de convertir gases dañinos como los hidrocarburos o el monóxido de carbono en vapor de agua y CO2, un compuesto que también contamina, aunque en menor medida.

A diferencia de lo que sucede con otros metales, como el cobalto; cuyo precio aumentó mucho porque algunos inversores lo almacenaban para hacer que se revalorizara; Garvey cree que los altos precios del paladio están "justificados".

"Creemos que pueden subir más, que se mantendrán por encima de los US$1.000 la onza y más caros que el platino", aseguró convencido.

El analista explicó que, incluso si el paladio se encarece mucho, la maquinaria actual de la industria automovilística no admite otro material y, si bien puede adaptarse a otros metales, esto tomaría "por lo menos dos o tres años".

Además, la mayoría de productores no han respondido al incremento de la demanda.

Un subproducto

El paladio, como recordó el experto, suele extraerse como un subproducto del platino en Sudáfrica y del níquel en Rusia, donde se encuentran los principales yacimientos de este metal precioso.

"El precio del platino se ha mantenido estable, así que no compensa aumentar su extracción para conseguir más paladio. En Rusia, tampoco hay previsiones de producir más", dijo.

Garvey aseguró que no habrá nuevas minas de paladio hasta dentro de dos o tres años y que, sin embargo, la demanda se mantendrá.

"Nosotros tomamos de referencia a Suiza, donde está el mayor mercado de paladio. Allí es donde se almacena y se vende este metal".

El analista explicó que si se comparan las importaciones y las exportaciones de paladio del año pasado en ese país, el saldo neto fue de importaciones por el valor de 4,7 toneladas.

Este año, por el contrario, durante los primeros ocho meses del año el resultado neto fue de exportaciones por el valor de 4,2 toneladas.

"Es decir, que está saliendo más paladio de Suiza que el que entra", lo que él interpreta como una demanda fuerte que no caerá pronto.

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