Una pequeña compañía fundada en 2007 por dos jóvenes, James Park y Eric Friedman, ahora se vende por una cifra multimillonaria.

Los dispositivos Fitbit fueron una de las primeras herramientas para el monitoreo del entrenamiento físico personal.

Ahora estos relojes y pulseras digitales inteligentes pronto vendrán con el sello de Google, compañía que anuncio la compra de Fitbit por alrededor de US$2.100 millones.

El movimiento le permite a Google expandirse en el mercado de monitores de ejercicio y relojes inteligentes.

"Google es un socio ideal para avanzar en nuestra misión", dijo Park, el cofundador y actual director ejecutivo de la firma tecnológica.

El precio de cada acción fue fijado en US$7,35 en la oferta de Google, lo cual es un aumento 19% respecto al precio de cierre del jueves en la bolsa de valores.

"Con los recursos y la plataforma global de Google, Fitbit podrá acelerar la innovación en la categoría de dispositivos portátiles, escalar más rápido y hacer que la salud sea aún más accesible para todos", dijo Park.

Aunque es un buen negocio, no es el mejor que pudo haber hecho Park y sus socios en años recientes, pues en 2015 su empresa llegó a tener un valor de más de US$4.000 millones al salir a bolsa.

Pese a que se han vendido más de 100 millones de dispositivos Fitbit en 12 años, recientemente se ha encontrado con una caída en la demanda de sus productos a medida que otras compañías ingresan al mercado.

Así que Fitbit fue puesta en venta el mes pasado.

La llegada de Google ha dado aire a Fitbit, pues cuando la agencia Reuters informó del interés de Google por la adquisición, las acciones tuvieron un crecimiento de 40%.

¿Los datos de los usuarios están en juego?

Se espera que la transacción sea completada en 2020, pues primero debe recibir la aprobación de su junta directiva y los reguladores económicos de Estados Unidos.

Las autoridades de ese país y de otros han estado vigilando de cerca las adquisiciones de los gigantes tecnológicos, pues existen crecientes preocupaciones sobre movimientos monopólicos.

Y hay otro aspecto que también genera preocupaciones: la protección de los datos biomédicos de los usuarios.

Fitbit ya prometió que la información de "salud y bienestar" que acumulan sus dispositivos no se usará para hacer publicidad en Google, además de que se comprometió a mantener fuertes candados de privacidad.

Pero los analistas dijeron que los datos de salud fueron clave en el acuerdo con Google.

"Los grandes datos de salud y estado físico, junto con los 28 millones de usuarios activos en la plataforma Fitbit, representan un gran valor", escribieron los analistas de Craig Hallum en una nota citada por Reuters.

¿Serán felices los usuarios de Fitbit? Análisis de Dave Lee, reportero de tecnología de la BBC.

Aquí hay un trato que tiene mucho sentido para Google.

Si bien US$2.100 millones es una prima bastante considerable dado que el valor de mercado de Fitbit rondaba US$1.400 millones la semana pasada, es una diferencia pequeña cuando se considera en el panorama general la posible obtención de una gran cantidad de datos de salud.

Para Fitbit, es una salida decorosa después de librar una buena batalla en los años posteriores al lanzamiento del reloj inteligente de Apple.

Un producto Fitbit-Google podría significar que el Wear OS, el sistema operativo portátil de Google, recibirá el impulso que necesita.

Sin embargo, me pregunto cómo se sentirán los 28 millones de usuarios de Fitbit al respecto.

Conozco a varias personas que me han dicho que la relativa autonomía de Fitbit respecto a los gigantes tecnológicos era un incentivo para comprar sus productos (aunque Fitbit ha utilizado la nube de Google para respaldar su servicio desde 2018).

Para el próximo año, los datos de salud que Fitbit tiene sobre sus usuarios hoy se convertirán en datos de Google, una adquisición valiosa para ese gigante, sin duda, pero que podría incomodar a los consumidores, según mi predicción.

Publicidad