El anuncio que realizó la mañana de este lunes la ex Presidenta Michelle Bachelet respecto a su próximo retorno al país y a su decisión de no postular a un nuevo periodo como Alta Comisionada de DD.HH. de la ONU no dejó indiferente a nadie. Y menos a quienes siguen de cerca el curso del proceso constituyente, que en los próximos meses entrará en la recta final con miras la plebiscito de salida, programado para el 4 de septiembre próximo.  

En medio de las críticas opositoras y los respaldos oficialistas -encabezados por el propio Presidente Gabriel Boric, quien le dio la "bienvenida" en su cuenta de Twitter- los pasos de la ex Mandataria son seguidos de cerca desde su Fundación, Horizonte Ciudadano. En entrevista con T13, el director ejecutivo de la entidad, Xavier Altamirano, revela detalles de la trastienda de la decisión adoptada por Bachelet, esboza los plazos de la ex Jefa de Estado para retornar definitivamente a Chile y traza las primeras luces del rol que ellá jugará en la recta final de la campaña.  

—¿Cuándo se comienza a gestar este anuncio de la expresidenta? Ella señala que se lo comunicó a su jefe, António Guterres, hace dos meses.

—La decisión de la alta comisionada remonta hace algún tiempo, es una decisión que ella ha masticado con su almohada y simplemente estamos en presencia de una declaración ya oficial una vez que tomó la decisión. Evidentemente para un cargo de este tipo ella tiene que hacer previamente las consultas y las conversaciones pertinentes con las autoridades de la ONU, por lo tanto, todo lo que se ha señalado es lo habitual, lo esperable de una responsabilidad de esta magnitud, por lo tanto, la salida se debe hacer con cierta transparencia para que puedan ellos buscar una reemplazante o un reemplazante. Recordemos que su mandato concluye el 31 de agosto, por lo tanto, es un tiempo razonable para que se puedan preparar para un reemplazo.

—¿Ella va a cumplir entonces ese mandato hasta el 31 de agosto? Se ha hablado de que pueda jugar un rol en la campaña del plebiscito de salida.

—La alta comisionada es muy responsable cuando ella ejerce un cargo, por lo tanto, ella va a concluir, como corresponde, hasta el 31 de agosto. Como todas las salidas de una institución, en forma de mutuo acuerdo, siempre hay un pequeño margen que uno puede ir ajustando en función de vacaciones, de otro tipo de opciones que tiene cualquier trabajador de una organización. Lo concreto: ella es muy responsable y va a ejercer hasta el último día el cargo como corresponde.

—¿Podría estar en Chile antes del 31 de agosto?

—Esa información no la puedo compartir, porque no la conozco, pero a nosotros como fundación nos gustaría que se viniera lo antes posible, pero entendemos que, por su cargo, ella tiene que ser muy responsable y debe asegurarse que todo el trabajo de reemplazo de la persona que se haga cargo de Naciones Unidas en el ámbito de Derechos Humanos tiene que hacerlo de acuerdo a las reglas y los plazos que correspondan según su contrato.

—La expresidenta no se ha quedado indiferente a este proceso, usted mismo decía que sentó las bases de este proceso constituyente. ¿Qué reflexión tiene respecto al momento en que la expresidenta vuelve al país?

—Ella ha sido muy consistente en este anhelo de que Chile tenga una Constitución que corresponda con su presente y su futuro, y que no esté atada a una Constitución que tiene un conjunto de dificultades por distintas razones. Además, ella no solo tenía este anhelo, sino que llevó adelante un proceso que fue histórico por la cantidad de gente que participó y por el propósito que tenía que era que, en democracia, hubiese la posibilidad de hacer algo participativo, institucional y que permitiera reunir la mayor cantidad de legitimidad y de visiones y voluntades de lo que en ese momento se denominaba la casa de todos. Ella tiene un compromiso con el anhelo de la sociedad chilena de tener una Constitución que la represente en su diversidad y en sus aspiraciones actuales. Pero es muy respetuosa, además, de los procesos que históricamente se han ido dando. Ella ha sido muy clara en decir que el proceso que ella lideró corresponde a un periodo histórico, a ciertas condiciones, y ahora estamos en otro momento que nos permite tal vez ser más ambiciosos en términos de profundidad democrática.

—¿Qué papel podría jugar Michelle Bachelet en esta recta final del proceso constituyente?

Insisto en el hecho de que ella es muy responsable de todas las exigencias que impone la ley a todas las autoridades, pero también sabemos que ella tiene la capacidad para hacer llegar su mensaje cuando siente que son necesarios, que contribuyen a una causa superior. Considerando que ella tiene un compromiso especial con el éxito de este proceso constituyente, tal como quedó demostrado en su visita el año pasado, yo quisiera que ella cumpliera un cierto rol, pero ese papel aún no está definido. Lo único importante es que tiene una disposición muy generosa, por lo tanto, no habría que sorprenderse si la vemos ayudando de algún modo a lo que ella considera que es lo mejor para Chile.

—¿Cuándo se podría definir ese papel?

—El periodo de campaña tiene un límite en el tiempo, tiene restricciones y lo que cabría esperar es cómo ella aporte a un periodo de finalización del proceso constituyente y que sea de manera favorable. Las formas que adopten ese apoyo, lo veremos. Hay que confiar en su gran responsabilidad, pero además en su capacidad de lectura política. Hay que confiar en que ella lo hará de la forma que corresponda, que no sea ni inmiscuirse en espacios que no le corresponde participar ni pasar a llevar a otro conjunto de actores que están trabajando hace tiempo. Ella se suma a cosas que ya estén ocurriendo y ahí verá de qué forma puede inclinar la balanza en la dirección que ella considera que es buena para Chile.

—Ella señaló este lunes que quería estar tiempo con su familia, volver a su casa... ¿se instalará en la fundación o participará de manera activa?

—La Presidenta fundó Horizonte Ciudadano, por lo tanto, ella vuelve al hogar que ella misma puso en marcha. Respecto a su participación, cada vez que ella viene a Chile le informamos lo que estamos haciendo, escuchamos sus comentarios, sus sugerencias, críticas, estamos en sintonía respecto del tipo de proyecto que ella considera que es pertinente para su fundación. El rol que ella cumpla más adelante en la fundación, además de ser la presidenta dentro de la estructura, lo definiremos en conjunto. Sí diría que ella es una persona que no solo tiene un capital de credibilidad y de confianza y de conocimiento acumulado en Chile sino que también es una figura latinoamericana, por lo tanto, no me extrañaría si dentro de las agendas que a ella le interese impulsar, desde la fundación, esté muy fuertemente la voluntad de trabajar por América Latina, que yo sé que es un espacio del globo que a ella le importa mucho y que creo que el momento es muy desafiante. La Presidenta ha sido clara en decir que ella está atenta a los procesos que vive Chile y no me cabe duda de que también estará muy atenta de los procesos que se viven en América Latina cuando ella regrese. Pienso que de algún modo vamos a estar disputándonos a la Presidenta en distintos espacios desde donde la comenzarán a llamar. De hecho, ya empezó a sonar el teléfono. No debiese extrañarnos que ella pueda decidir aportar a distintas causas que a ella le son vitales en la región también, no solo en Chile.

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