El 11 de febrero de 1998, Chile visitaba por segunda vez a Inglaterra en el antiguo Estadio Wembley, en un amistoso preparatorio para el Mundial de Francia de ese año.

En dicho partido debutaba un joven Michael Owen, por entonces promesa del fútbol inglés. Pero quien se llevó todas las miradas de la prensa internacional fue el chileno Marcelo Salas.

Salas fue la principal figura de la Selección que por primera vez, luego de cinco enfrentamientos, pudo derrotar a los ingleses y en su propia casa.

El delantero abrió el marcador a los 44 minutos, con un gol de volea, previo pase de más de 50 metros de José Luis Sierra. El "Matador" sentenció la histórica victoria del conjunto nacional al derrotar nuevamente al portero Nigel Martyn, a los 77, con un gol de penal.

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