La Copa América de 1975 fue la coronación de una generación fantástica de futbolistas peruanos y el mayor título de la Blanquirroja (tal vez hasta este domingo).

Aquel equipo, liderado por Héctor Chumpitaz, Juan Carlos Oblitas y Teófilo Cubillas, entre varios, llegó al último partido y definió el torneo contra una sorpresiva Colombia.

Antes de llegar a la final, al igual que en el partido de este domingo en el Maracaná, Perú tuvo que encontrarse en el camino con Bolivia, Brasil y Chile.

Pero ese no es el único dato curioso de aquel partido jugado hace 44 años, la última vez que la Blanquirroja estuvo presente en un partido decisivo de una Copa América.

A continuación te contamos cuatro historias que tal vez no llegaste a conocer de cómo Perú se coronó campeón en 1975.

La hazaña de Belo Horizonte

El Brasil de ese entonces estaba lejos de ser el scratch de Pelé que salió campeón mundial en México cinco años antes, pero no dejaba de ser un equipo respetable.

Allí estaban Roberto Batata, Meléndez, Romeu y Vanderley y el primer partido de esa difícil serie se jugaría en el mítico Mineirao de Belo Horizonte.

Enrique Casaretto y Teófilo "Nene" Cubillas anotaron los goles que sentenciaron la sorprendente victoria peruana por 3-1.

Cubillas marcó el segundo con un tiro libre magistral y Casaretto liquidó el partido a los 88 minutos cuando todo Brasil asediaba el arco blanquirrojo para alcanzar el empate.

Reseña el diario peruano El Comercio que la alegría fue tal que los pocos hinchas peruanos presentes invadieron el vestuario de la selección y entre abrazos cantaron el himno nacional de su país.

La niña que eliminó a Brasil

La vuelta jugada en Lima fue la venganza de la Verdeamarelha, que se impuso 2-0.

Empatados en puntos y diferencia de gol, esa semifinal se decidió ¡con un sorteo!

Dos horas después de terminado el partido y con todo el Perú futbolero vuelto un manojo de nervios, una niña se convirtió en la heroína del país.

Verónica Salinas, hija del presidente de la Federación Peruana de Fútbol, fue la elegida para sacar uno de los dos papeles en los que se escribió Brasil y Perú.

El 4 de octubre de 1975, una niña eliminó a Brasil.

La final más larga de la historia

La Copa América de hace 44 años se jugó con un formato peculiar, fue la primera vez desde que se creó el torneo en 1919 que no existía una sede fija.

Los equipos fueron divididos en tres grupos y los ganadores de cada uno se sumaban al último campeón Uruguay para las semifinales.

Perú conquistó su serie dejando en el camino a Bolivia y a Chile, y en las semifinales le tocó nada menos que Brasil.

Superada la Verdeamarelha, la final se jugaría contra Colombia.

La definición debía ser a dos partidos, primero en El Campín de Bogotá y luego en El Nacional de Lima.

Sin embargo, en ambos encuentros ganaron los locales y por primera vez desde que existe la Copa América todo se definió en un tercer juego; de ahí que se la llamó "la final más larga de la historia".

El Estadio Olímpico de la Universidad Central de Venezuela fue testigo de cómo Perú levantó la copa después de derrotar a los colombianos por 1-0.

La fuga del Cholo Sotil

El partido de Caracas se jugó el 28 de octubre de 1975 ante más de 30.000 personas y tuvo un héroe inesperado.

Hugo "Cholo" Sotil no había jugado ni un partido de esa Copa América, de hecho, no había formado parte de la Blanquirroja en tres años.

Fue uno de los emblemas del inolvidable Perú del Mundial de México en 1970, pero para 1975 no tenía permiso de participar en el torneo sudamericano.

Rinus Michels, el legendario entrenador del FC Barcelona, equipo en el que jugaba, no autorizó sumarse a su selección al hombre que "era capaz de gambetear a un ejército sobre una baldosa", como alguna vez dijo el periodista deportivo Gerardo Barraza.

Ante el partido más importante de su vida y de su selección en puertas, el Cholo optó por el desacato.

Dos días antes de la gran final, le pidió con discreción a su esposa que le comprara un boleto de Barcelona para Madrid.

Sotil escapó de la concentración blaugrana en complicidad con un taxista y, ya en la capital española, compró un muy costoso vuelo para llegar hasta Caracas sobre el filo del partido.

Querido por sus compañeros y respetado por el técnico Marcos Calderón, el Cholo fue integrado en la nómina y alineado para el partido decisivo.

Cuando se jugaban 28 minutos del partido, Cubillas remató desde fuera del área...

El rebote le quedó al recién llegado Hugo Sotil, quien no dudó un segundo en pegarle con su pierna derecha y marcar el gol que coronó a Perú como el campeón de la Copa América de 1975.


 

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