"El castigo no es solo para Argentina", lamenta la leyenda del fútbol paraguayo José Luis Chilavert.

"El castigo es para la propia idea que tenían de querer organizar el Mundial 2030", asegura el portero sobre el controversial segundo partido de la final de la Copa Libertadores que disputarán River Plate y Boca Juniors este domingo a 10.000 kilómetros de distancia de Buenos Aires.

Para el portero es "muy injusto que la Copa Libertadores de América se juegue en el Europa" y advirtió que esta decisión crea un precedente que podría perjudicar la candidatura conjunta de Uruguay, Argentina y Paraguay para organizar la Copa del Mundo en su edición centenaria dentro de 12 años.

"Con esto obviamente mataron la ilusión", sentenció.

A Madrid

La Conmebol, presidida por el también paraguayo Alejandro Domínguez, tomó hace nueve días la histórica decisión de trasladar la final de la Copa Libertadores al estadio Santiago Bernabéu de la capital española tras haber suspendido el encuentro pautado para el pasado 24 de noviembre a raíz del ataque que sufrió el autobús que trasladaba a los jugadores de Boca Juniors al estadio Monumental, la cancha de River Plate.

La medida contó con el visto bueno de la FIFA, pero generó un gran descontento entre aficionados, periodistas y viejas glorias del fútbol sudamericano.

"Tanto Alejandro Domínguez (presidente de la Conmebol) como Gianni Infantino (presidente de la FIFA) son personas que no se preocupan por el fútbol en Sudamérica y solamente están preocupados por la recaudación. Es una vergüenza el trato que han tenido con el fútbol en Sudamérica", acusó Chilavert.

"Pero también con complicidad de los presidentes de River y Boca, porque si ellos se manifiestan, dicen que no aceptan jugar en Madrid no hay partido".

Ataque a la Conmebol

En conversación con BBC News Mundo, Chilavert hizo referencia en varias oportunidades a los beneficios económicos que tendrá el partido en el Bernabéu y se pregunta "a dónde irá a parar lo que se recaude".

También reiteró su posición con respecto a Domínguez dado el vínculo que tuvo el actual presidente de la Conmebol con su antecesor en el cargo, Juan Ángel Napout, condenado a nueve años de prisión en Estados Unidos en el marco del escándalo de corrupción de la FIFA.

"La propia gente de la Conmebol que debe proteger al fútbol sudamericano demuestra totalmente que en el continente no se puede organizar ni un partido", apuntó.

"Pero a mí no me llama tanto la atención porque la Conmebol se ha manejado tan mal, no es transparente".

Para el portero que fue mundialista en 1998 y 2002, y que se hizo famoso al anotar más de 60 goles en su carrera, todavía hay muchas dudas sobre el camino que llevó a River Plate hasta la final.

"Hoy ya nadie habla que River Plate clasificó en la primera fase de grupos y dos de sus jugadores dieron positivo. Nunca se supo qué sustancia consumieron por la que fueron sancionados, es penoso", señaló.

También mencionó que no fue castigado pese a jugar con un futbolista suspendido frente a Racing o la leve sanción que recibió el club Millonario cuando su entrenador, Marcelo Gallardo, entró al vestuario del equipo durante el partido de vuelta de semifinales frente a Gremio en Porto Alegre pese a estar suspendido.

"No me sorprende porque el fútbol se ha manchado, no solamente la pelota, sino la estructura del fútbol".

¿Boicot?

Chilavert no cree que los jugadores puedan boicotear la final como están pidiendo numerosos aficionados en las redes sociales porque no existe unión entre los clubes y aseguró que lo que está ocurriendo no pasará nunca en el fútbol europeo.

"No veo que la Champions League pueda venir a jugar a Paraguay, o a Brasil o a Argentina".

Para él da lo mismo el equipo que salga campeón este domingo.

"Ya perdió el sabor de la Copa Libertadores y estar en Europa es algo distinto", lamentó.

"Se hubiera podido disputar tranquilamente esta final en Chile, en Brasil o en Uruguay. A veces la parte económica influye mucho más que lo deportivo", dijo.

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