"En casa tengo el video del partido. Y lo veo dos, tres veces por año, se lo muestro a mis hijos.. todo el mundo me dice Bennaceur-Maradona. Yo digo que mi nombre es Alí, pero no hay caso. Hasta en las conferencias que doy para la Confederación Africana me llaman así".

Así se expresaba el árbitro tunecino Alí Bennaceur en el diario deportivo argentino Olé durante una entrevista en 2001, cuando se cumplían 15 años de uno de los partidos más recordados de la historia de los mundiales de fútbol: el 22 de junio de 1986, en Ciudad de México, Argentina derrotó a Inglaterra 2-1 en los Cuartos de Final, en un segundo tiempo que tuvo de todo: el gol con la mano de Maradona -acción ilegal que no vio Bennaceur-, el segundo gol del astro transandino considerado como uno de los mejores de la historia y el descuento de Gary Lineker que lo dejó como el goleador abosulto de ese Mundial. Además, el encuentro se disputaba sólo cuatro años después de la Guerra de las Malvinas que había enfrentado a ambos países. 

"En lo que me concierne, yo dirigí perfectamente. En ese momento no había ninguna especialización y los asistentes éramos los propios árbitros, íbamos rotando. Antes del debut en la Copa, hubo una reunión en la que se dejó en claro que si el asistente estaba en una mejor posición que el juez principal, había que hacerle caso. Si ven el partido, se van a dar cuenta de que uno de los jueces de línea (el búlgaro Bogdan Dotchev) estaba mejor ubicado. Yo dudé, pero cuando vi que el línea corría hacia el centro, marqué el gol... No bien volvimos, llamé al intérprete de FIFA y le pregunté a mi ayudante Dotschev, que no hablaba francés ni inglés, si estaba seguro de que no había habido mano de Maradona. Me dijo que no, estaba convencido, lo dijo en forma categórica, que el gol era totalmente lícito", recuerda el tunecino a Olé.

"Vi la foto, vi todo, pero en el partido no vi nada. Pero repito, yo arbitré bien; incluso el comisario de la FIFA me felicitó y me puntuó con 9,3 puntos. Yo fui 17 años árbitro internacional, dirigí dos veces la final de la Copa de Africa, en el 84 y el 86. Estoy seguro de que mi responsabilidad en ese gol fue limitada... Vino Lineker y me dijo: Maradona hand-ball. Pero yo fui hacia el centro de la cancha y se terminó", agrega.

El árbitro tiene en una vitrina la camiseta de Maradona y considera que el argentino es el mejor jugador de la historia. "Cuando terminó el partido, me acerqué y le dije mil veces bravo... Dirigí el partido del mejor jugador del mundo, me quedé con la camiseta de Diego y vi el mejor gol del siglo, ¿qué más puedo pedir?", concluye el árbitro. 

En otra entrevista, dice que se siente partícipe del segundo gol: "Sin mi criterio, nunca habría sido posible. Pude marcar falta dos o tres veces durante la jugada, pero apliqué la ley de la ventaja. Estoy muy orgulloso de que ese gol haya pasado a la historia gracias a mi decisión”. 

El partido entre Argentina e Inglaterra fue el último que dirigió el juez tunecino en un Mundial. 

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