Hay mensajes que retumban, que aparecen una y otra vez sobrevolando la mente y carcomen el fino hilo del que pende la esperanza en el fútbol. 

Y así fue como se sintió un breve tuit que apuntilló el de por sí doloroso empate de Argentina contra Brasil el pasado en el Monumental de Buenos Aires.

"Ninguna selección de Conmebol (Sudamérica) con cero victorias en sus tres primeros partidos eliminatorios se clasificó para el Mundial", advirtió el estadístico español Alexis Martín Tamayo, conocido en el fútbol como @MisterChip.

Y es con el peso de esas estadísticas en su contra que la Albiceleste llegó a Barranquilla, donde enfrentará este martes a Colombia por la cuarta fechas de las eliminatorias sudamericanas a la Copa del Mundo de Rusia 2008.

La última vez

Argentina marcha penúltima, novena en la clasificación, por delante únicamente de Venezuela, que ha perdido todos sus partidos.

Sus dos puntos, de nueve posibles. La peor cosecha que ha conseguido tras tres partidos en toda su historia.

La Albiceleste lega incluso con un peor récord que el logrado en el proceso clasificatorio rumbo al Mundial de México en 1970, la última vez que Argentina no estuvo en la fase final de una Copa del Mundo.

Mientras hace más de cuatro décadas aquella albiceleste dirigida por Adolfo Pedernera consiguió el 33% de los puntos (dos de seis), el equipo que dirige Gerardo Martino sólo ha conseguido un 22%.

"Es muy recordada aquella escandalosa eliminación en la Bombonera. La Argentina, que contaba con figuras como Roberto Perfumo, Silvio Marzolini, Miguel Brindisi y Héctor Yazalde, necesitaba ganar para forzar un desempate", recordó un artículo de Canchallena, la sección deportiva del diario La Nación.

Argentina sumaba una derrota y una victoria contra Bolivia en La Paz y Buenos Aires, respectivamente, y había caído frente a Perú en Lima.

"El equipo estuvo dominado por los nervios y se encontró enfrente con la mejor camada de jugadores de Perú que, dirigido por el brasileño Didí, era liderado en el campo por Héctor Chumpitaz y Teófilo Cubillas" recuerda el artículo.

Y ahora le tocará tratar de revertir la marea frente a una de las sorpresas del último mundial: Colombia, la misma selección que le propinó una de sus derrotas más dolorosas y recordadas cuando en 1993 la obligó a ir al repechaje tras vencerla 5-0 en la capital argentina.

¿Puede quedar eliminada?

La teoría indica que es poco probable que una selección con el nivel de jugadores que presenta Argentina no clasifique al Mundial de Rusia.

Tienen al mejor jugador del mundo en Lionel Messi, el máximo goleador de la Liga Premier inglesa en Sergio Agüero y un contingente de figuras que brillan en los principales clubes del fútbol europeo.

En la práctica claro que puede quedar por fuera en una eliminatorias que son calificadas como las más difíciles del mundo, en las que cada punto es crucial para lograr el boleto.

Ya en el pasado hubo equipos de gran nombre que no llegaron al Mundial, como Holanda en 1986 (de Ruud Gullit, Frank Rijkaard y Marco van Basten, misma selección que fue campeona de Europa dos años después) o 2002, de Ruud van Nistelrooy, Clarence Seedorf o Edgar Davis.

También le ocurrió a Portugal de Luis Figo, Rui Costa y compañía en 1998 o a Inglaterra y Francia en 1994.

La eliminación de la selección gala fue uno de los casos más dramáticos ya que necesitaba un sólo punto en sus dos últimos partidos, jugando de local, contra Israel y Bulgaria.

Pero el equipo de Jean-Pierre Papin, David Ginola, Eric Cantona, Didier Deschamps y Marcel Desailly perdió en tiempo de descuento y su sueño mundialista se esfumó.

Aunque cuatro años después una nueva generación se coronaría en París.

De la gloria al drama, y viceversa

Argentina es una selección de contrastes, que se rige bajo acusados cambios de ánimo.

Un agónico gol de Ricardo Gareca le permitió lograr el empate frente a Perú y conseguir su boleto al Mundial de México de 1986, donde conquistó su segundo título mundial liderada por Diego Armando Maradona.

En 1993 tuvo que depender de la vuelta de un Maradona, en el ocaso de su carrera, para vencer a Australia en el repechaje gracias a un autogol de Alex Tobin.

Mientras que para el Mundial de 2002, la Albiceleste sumó un récord de 43 puntos, 13 victoria y sólo perdió un partido.

Pero en Japón fue eliminada en primera ronda.

Ahora viene de ser subcampeona del mundo en Brasil y de América este año en Chile, pero registra el peor arranque de su historia en las eliminatorias.

¿Cuál es el problema?

Muchos señalan como culpable de la actual crisis al técnico Gerardo Martino, quien se especula podría perder su puesto en caso de conseguir la victoria en Colombia.

A fin de cuentas, se trata del mismo equipo que estuvo cerca de la gloria en 2014 y 2015.

Pero sin Messi, eternamente criticado por un importante sector de la afición en su país, ni Agüero, ni Carlos Tévez, Argentina ha tenido que asumir el arranque de las eliminatorias sin sus principales figuras de cara al gol.

Tampoco el equipo ha mostrado un estilo claro de juego y parece un conjunto dividido sobre el terreno de juego, con un ataque lento y predecible (sin Messi) y una defensa que sufre cada vez que la atacan en velocidad.

No se trata de algo nuevo. Un problema similar lo tuvo Argentina cuando fue dirigida por Maradona en el mundial de Sudáfrica en 2010.

En la copa de Brasil el técnico Alejandro Sabella optó por un equipo más compacto en defensa y vertical en ataque, enfocada en los explosivos arranques de Messi y Ángel di María.

Con esa fórmula pudo llegar a la final sin mostrar un futbol arrollador, pero si efectivo.

Pero es un estilo de juego que se atasca cuando le toca asumir el control y posesión de la pelota.

Así fue como perdió contra Ecuador y empató frente a Paraguay.

Frente a Brasil mejoró, pero no lo suficiente y terminó cediendo el empate.

Los pesimistas aseguran que frente a Colombia necesita ganar sí o sí.

Los optimistas resaltan que pase lo que pase en Barranquilla todavía quedarán 14 partidos (siete como local) y 42 puntos por jugar.

Pero de no conseguir la victoria ni las matemáticas ni el hipotético regreso de Messi podrán evitar que vuelva a retumbar el fantasma de la eliminación.

Y lo peor para los hinchas argentinos es que será un fantasma que estará dando vueltas por meses en sus cabezas, por lo menos hasta que se reanuden las eliminatorias en marzo del próximo año.

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