Deportes 13/AFP

El Gremio venció 1-0 al Lanús este miércoles en la ida de la final de la Copa Libertadores 2017 disputada en su estadio de Porto Alegre, y viajará con ventaja a la definición de la próxima semana en Buenos Aires, adonde puede levantar la tercera Copa de su historia.

El duelo fue dirigido por el juez chileno Julio Bascuñán, que no estuvo ajeno de las críticas de ambos cuadros que se quejaron por el desempeño del réferi. El árbitro mostró 3 tarjetas para los brasileños y 4 para los argentinos.

En un partido de gran tensión y poca fluidez para los locales, Lanús supo contener el impulso inicial de los gaúchos y pudo haberse adelantado en la primera parte de no ser por la gran actuación del arquero brasileño Marcelo Grohe.

Pero el Gremio volvió más centrado del descanso y encontró la recompensa gracias al tanto de Cícero en el 82, con el que llevó al delirio a los más de 55.000 hinchas que llenaban su Arena.

Sobre el final los ánimos se calentaron con el juez nacional, primero por una floja reacción ante un pisotón del jugador local Pedro Geromel donde no sacó tarjeta.


Ya en los minutos de descuento se desató la polémica, por un supuesto penal no cobrado a favor de los locales, que tras el pitazo final se abalanzaron sobre Bascuñán para reclamar por la jugada en lo que fue un final caliente en el Arena do Gremio.


Ganador de las Libertadores de 1983 y 1995, el equipo del sur de Brasil llegará con impulso a la decisión del próximo miércoles en el estadio La Fortaleza, en la periferia sur de Buenos Aires.

Allí le esperará un peligroso Lanús, que demostró en Porto Alegre no tener ningún miedo escénico pese a estar disputando la primera final de su historia en el torneo.

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