Cuando parece que su carrera ya llegó a su fin, Ronaldinho se encarga, con un gesto, con un giro, con amague, con una jugada, con un pase en profundidad o con un gol, de volver a estar en boca de todos.

Después de su paso por el Querétaro mexicano con más bajos que altos, sorprendió a todos al volver al fútbol de su país a defender al Fluminense.

No pasó mucho tiempo desde su llegada al cuadro carioca para que la otrora figura del Barcelona volviera a demostrar que todavía tiene mucho que regalar.

En un entrenamiento, "Dinho" tomó un balón en el área chica, sacó un amague corto y una más rápida definición de "sombrerito" con el que se robó las miradas.

La magia está intacta:

 

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