Si había un juego que era esencial para los Cleveland Cavaliers en las finales de la NBA era el de este miércoles, ya que un triunfo los metía de nuevo en la eliminatoria pero una derrota los dejaba al borde del abismo.

Finalmente, lo último ocurrió, ya que los Golden State Warriors se impusieron como visita al conjunto de LeBron James por 110 a 102, quedando a solo un triunfo de ser campeones de la NBA por segundo año consecutivo.

Si bien los locales intentaron con un James que se lució con un triple doble (33 puntos, 10 rebotes y 11 asistencias), la eficacia de los actuales campeones y la descomunal actuación de Kevin Durant (43 puntos y 13 rebotes) fue demasiado para el campeón de la Conferencia Este. Incluso, tal como en el tercer juego del año pasado, un triple de Durant sentención el juego.

De esta manera, los Cavaliers están obligados a ganar cuatro partidos seguidos (dos de visita) para conseguir el título, algo que ningún equipo ha conseguido en la historia.

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