El alemán Marcel Kittel (Quick Step) confirmó ser el esprinter más en forma del Tour de Francia, con su tercera victoria parcial, este viernes en la séptima etapa, aunque fue necesario recurrir a la foto-finish para declararlo vencedor.

Emulando al “Ojo de Halcón” en tenis y al “Videoarbitraje” (VAR) en fútbol, el Tour también hizo un guiño al suspenso, con una espera para saber el nombre del vencedor de la jornada.

Kittel superó por milímetros, en tiempo fueron exactamente tres diezmilésimas, según los cronometradores, al noruego Edvald Boasson Hagen, que fue segundo en la etapa, por lo que el jurado tuvo que estudiar las imágenes para declarar el ganador.

“El esprint fue muy apretado. Se decidió por poco, un poco como el año pasado contra Bryan Coquard (en Limoges). Cuando se recurre a la foto-finish, siempre se duda un poco sobre el resultado", declaró Kittel.

Su rival noruego lo tomó con resignación. “Es una pena que no lo pudiera conseguir. Estuve tan cerca”, lamentó Edvald Boasson Hagen.

La jornada no ofrecía riesgos para el líder británico Chris Froome, que conservó el maillot amarillo de primer clasificado del Tour.

En una larga jornada de 213,5 km, entre Troyes y Nuits Saint Georges, Kittel sumó la duodécima victoria en su palmarés del Tour, igualando a su compatriota Erik Zabel, como los dos alemanes con mayor número de triunfos.

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