AFP

Francia se impuso este domingo a Noruega (33-26) en la final del Mundial de Balonmano disputada en París, logrando su sexta corona en esta competición y confirmándose como la selección más laureada de la historia.

El combinado "galo", que ha ganado cuatro de los últimos cinco Mundiales, llegó a ir por detrás en el marcador durante casi todo el primer tiempo, pero logró sobreponerse ante una selección noruega que accedía a su primera final de un Mundial y para la que la medalla de plata supone no obstante un éxito sin precedentes.

En un pabellón París-Bercy engalanado para la ocasión, con la presencia del presidente francés François Hollande y el de su homólogo del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, Noruega afrontó el choque liberada de toda presión, sorprendiendo con un planteamiento ambicioso y jugando de igual a igual a los anfitriones.

Los noruegos llegaron a ponerse tres goles por encima en el minuto 25, pero un parcial de 5-1 de los locales les llevó al descanso por delante (18-17).

Los hombres de Didier Dinart comenzaron el segundo tiempo como acabaron el primero, ante un público entregado, logrando otro parcial de 5-1 que decantó definitivamente la balanza.

Francia cerró con este título la herida de la derrota de la final de los Juegos Olímpicos de Río y el anterior fracaso en el Campeonato Europeo de principios de 2016. Se confirmó como la selección hegemónica del balonmano mundial en el siglo XXI, mientras que Noruega regresará a casa con su primer metal en categoría masculina de un Mundial en el que participó gracias a una invitación de la Federación Internacional de Balonmano (IHF).

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