La controversia sobre sobre el consumo de sustancias prohibidas por parte de deportistas de élite que marcó los meses previos a las Olimpiadas de Río de Janeiro sumó un nuevo episodio este martes.

El grupo de hackers rusos Fancy Bears (Osos elegantes) filtró historiales médicos de varias atletas estadounidenses que participaron en los Juegos celebrados en agosto.

Los archivos confidenciales forman parte de las bases de datos de la la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), e incluyen "exenciones de uso terapéutico" por las que a esas deportistas se les permitió usar medicamentos que se encuentran en la lista de sustancias prohibidas.

Los piratas informáticos publicaron documentos relacionados con las exenciones otorgadas a la gimnasta ganadora de cuatro medallas de oro Simone Biles, las tenistas Venus y Serena Williams, y la jugadora de baloncesto y medallista de oro Elena Delle Donne.

La Agencia Antidoping de EE.UU. (USADA, por sus siglas en inglés), aseguró que las deportistas obtuvieron los permisos necesarios para tomar esos medicamentos, aunque los piratas de Fancy Bears dijeron que eso se trata de una "licencia para doparse".

La AMA calificó la filtración de "acto ilegal" y dijo que la publicación de esta información "compromete gravemente los esfuerzos de la comunidad internacional antidopaje para restablecer la confianza en Rusia".

El gobierno de Moscú, por su parte, negó tener ninguna relación con el ataque informático.

Hasta ahora no se saben los motivos específicos que motivaron a los hackers a hacer pública la información, pero lanzaron una advertencia.

Los Fancy Bears prometieron revelar "cómo se ganan las medallas olímpicas", empezando por los deportistas de Estados Unidos.

"Esperen por pruebas de famosos atletas tomando sustancias prohibidas en cualquier momento", dijeron en su sitio web los hackers.

Tras los escándalos y sanciones que han sufrido los atletas rusos en los últimos dos años y dado el origen del ciberataque hecho público este martes, algunos se preguntan si la filtración podría ser una venganza de los hackers rusos.

¿Venganza?

La delegación olímpica rusa en los Juegos Olímpicos de Ríos fue la más reducida en 104 años (sin contar el boicot soviético a las Olimpiadas de Los Ángeles en 1984).

A 118 deportistas de Rusia no se les permitió participar de la cita, entre ellos todoslos del equipo de atletismodebido al esquema de dopaje masivo que la AMA detectó en ese país, y en el que, según la organización, también estaba involucrado el Kremlin.

Por ese "programa de dopaje estatal", el Comité Paralímpico Internacional excluyó también a los rusos de los Juegos Paralímpicos que se celebran en Río actualmente.

Según Dan Roan, editor de deportes de la BBC, el episodio de la filtración de datos confidenciales de deportistas es el último giro del "mayor escándalo de dopaje de la historia".

"El ataque parece ser un acto de venganza o represalia por el informe de la AMA" sobre los atletas rusos, según Roan.

El editor de la BBC añadió que, a pesar de que el gobierno ruso negó tener ninguna relación con la filtración, Moscú siempre aseguró que sus atletas fueron usados como un "'chivo expiatorio' de un problema mucho más grande".

"Esto sólo añade más gasolina al fuego", afirmó Roan.

"Aunque los atletas afectados no han roto ninguna regla, las revelaciones -así como la amenaza de hacer públicos los historiales médicos de otros deportistas- aumentará la controversia sobre las 'exenciones de uso terapéutico' de la AMA, en un momento en el que los dirigentes deportivos tratan de restaurar la imagen de las competencias internacionales", señaló.

Según Roan, "muchos atletas deben estar nerviosos por si sus historiales médicos acaban haciéndose públicos".

"Sabotaje"

La primera deportista en responder a la filtración fue la ganadora de cuatro medallas doradas en Río, Simone Biles, quien aseguró que nunca rompió las reglas.

La atleta reconoció que consume un medicamento por un diagnóstico de un desorden de hiperactividad y déficit de atención.

El grupo de hackers la acusa de tomar un psicoestimulante ilícito.

La AMA aseguró que en los últimos meses ha sufrido numerosos ciberatques provenientes de Rusia.

El vocero del gobierno ruso, Dmitry Peskov, rechazó cualquier participación del Kremlin o de algún servicio de inteligencia de Moscú en la filtración.

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