El color de la piscina era extrañamente verdoso. Cambió de un día para otro, pero no impidió que se realizara la competencia olímpica de clavados sincronizados femenino de plataforma a 10 m este martes, en la que la dupla mexicana no pudo defender su lugar en el podio.

Los atletas no se quejaron de las condiciones en el estadio acuático Maria Lenk del Parque Olímpico de Rio de Janeiro, y aseguraron que, aunque curioso, el color del agua no influyó en la competencia. No olía mal, no irritó sus ojos, no afectó su desempeño.

La apariencia era extraña, sobre todo si se contrastaba con el azul estándar de la piscina continua donde se disputa el polo acuático. Pero aún no se sabe qué pasó.

"No se encontró riesgo a la salud de los atletas, estamos investigando las causas pero estamos satisfechos de que la competencia se realizó con éxito", leyó un escueto comunicado del comité organizador de Rio-2016.

La china Chen Ruolin sumó su tercer oro en esta prueba que ganó con 15 años en Pekín-2008 y 19 años en Londres-2012. Ahora con 23, junto a la debutante Liu Huxia.

"No nos afectó de ninguna manera", dijo la campeona Chen.

La misma prueba masculina se realizó el lunes. El británico Tom Daley, medallista de bronce, publicó en Twitter una foto mostrando el contraste con la leyenda: "Emmm... ¿qué pasó?".

La FINA no respondió a los llamados de la AFP.

Segundo fracaso

La dupla mexicana Paola Espinosa y Alejandra Orozco quedó fuera del podio de esta prueba en la que terminaron segundas hace cuatro años en Londres-2012.

Espinosa y Orozco sumaron 304,8 puntos después de los cinco saltos, ubicándose sexta en el cuadro de posiciones, casi 49 puntos por detrás de las chinas, dueñas históricas de la prueba.

Completaron el podio Malasia (344,34) y Canadá (336,18).

Este fracaso se sumó al de Iván García y Germán Sánchez, también plata en Londres, el lunes en la misma prueba masculina. Ambas parejas eran apuestas de medalla de México para estos Juegos.

"Sí, estamos tristes, estamos enojadas, creemos que pudimos estar muchísimo mejor, pero así son los Juegos Olímpicos, todo puede pasar, nadie tiene absolutamente nada, es muy difícil repetir una medalla. Estamos tranquilas", dijo Espinosa a periodistas en la zona mixta.

El cuarto salto selló el fracaso de las mexicanas en el que recibieron bajísimas claificaciones de los jueces, cuyo rigor fue abucheado en varias oportunidades por el público, que apostaba en la dupla brasileña Ingrid Oliveira y Giovanna Pedroso, que terminó última.

¿Y afectó el agua?

"No nos dimos cuenta, la vimos, estaba diferente, pero ni fue tema de conversación. No olía feo, no nos salió nada (...). Es Brasil, es verde todo, quizás es la decoración para hacerlo bonito", indicó Espinosa, que tiene además de la plata de Londres, un broce en Pekín-2008, y sueña con sumar su tercera medalla en las competencias individuales.

"Cada vez se puso más verde, pero nada. Se nos hizo raro, se nos hizo chistoso, pero no influyó", coincidió Orozco.

Todo los temas relacionados con agua son delicados en el Rio de Janeiro olímpico, después de que fracasó en su intento de limpiar su Bahía de Guanabara, considerada una letrina natural, donde se realizan las competencias de vela.

"Los químicos pueden cambiar el color del agua, no nos preocupó. Llevo lentes de contacto, hubiera sentido algo raro", dijo la estadounidense Jessica Parrato.

Su compañera Amelia Cozad se fue con una broma: "A lo mejor no hay nada errado, estaba azul y la veíamos mal".

Pero en efecto era verde y no hay una explicación del porqué.

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