AFP

El nadador Ryan Lochte es la versión actualizada a nivel mundial del estadounidense más desagradable: un hombre que dijo haber sido robado a mano armada para no asumir responsabilidad por sus acciones, al margen de los Juegos Olímpicos de Rio.

Estados Unidos y el mundo vieron espantados cómo el relato del 12 veces medallista olímpico y de otros tres nadadores estadounidenses, que inicialmente puso en situación embarazosa a los anfitriones brasileños de los juegos, gradualmente se caía a pedazos.

Por el contrario, resultó que fueron detenidos en una gasolinera por un guardia de seguridad después de destrozar un baño y orinar contra una pared en estado de ebriedad, al volver de una fiesta de madrugada el fin de semana.

El viernes, Lochte, de 32 años, se disculpó, lamentando "no haber sido más cuidadoso y sincero" en su relato de lo sucedido.

Pero aparentemente lo que logró fue autodestruirse como figura pública. Al recorrer internet se constata que los comentarios son universalmente negativos.

Entre ellos, Lochte vergüenza nacional, Lochte el verdadero Pinocho, Lochte el tipo rico, apuesto, ávido de atención que trata al mayor evento deportivo mundial como una salida nocturna con los amigos y luego los deja plantados, mientras escapa de Brasil.

"Ryan Lochte es todo lo que el mundo odia de los estadounidenses", reza un titular del New York Post.

La definición del cotidiano sobre la conducta del norteamericano desagradable en el mundo: "arrogancia, aunque sutil, una actitud de superioridad, aunque inconsciente".

La columnista del Washington Post Sally Jenkins lo expresa así: "Hay una categoría especial de estadounidense insoportable que el 'bro' (hermano) Lochte representa, con su T-shirt, jeans y exclusivo calzado de nobuk, que mostró en las redes sociales esa noche en la fiesta junto a la etiqueta con el precio. 'Tenemos 6k (6.000 dólares) aquí abajo', escribió".

Probablemente ningún estadounidense haya concitado una ignominia tan generalizada desde que el año pasado un dentista de Minnesota llamado Walter Palmer mató a un preciado león llamado Cecil en Zimbabue.

Control de daños

Hoy las críticas a Lochte se multiplican y éste adopta el modo control de daños.

Seguramente no pasará mucho tiempo antes de que las firmas con las que tiene acuerdos de publicidad comiencen a darle la espalda.

Un tuit afirma que la razón de que el agua de la piscina de Rio se tiñera de verde fue que Lochte orinó en ella.

Una caricatura en un cotidiano muestra a Lochte hundido en el fondo de una piscina encadenado a una bola en la que se lee "lies" (mentiras).

Lochte y sus tres amigos también son criticados por insultar la inteligencia de la Policía brasileña, explotando la mala reputación de Rio, por sus alta tasas de delitos y violencia y luego declararse sorprendidos por el escándalo que provocaron.

El Miami Herald considera que "al presentarse como víctimas, Lochte y sus amigos muestran el mismo aire de superioridad que Donald Trump: EEUU es el Nº 1 y su tercermundista república bananera es incivilizada comparada con nosotros".

Jenkins, del Washington Post, señala que Lochte merece ser blanco de las críticas.

"Lochte está terminado como figura pública, por supuesto. Lo que probablemente sea la forma más efectiva de justicia para alguien que aparentemente necesita tanta atención. El olvido es lo que merece", afirma la columnista.

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