Arabia Saudí tiene grandes ambiciones: en 2030 quiere convertirse en sede del Mundial de Fútbol. No obstante, es poco probable que la federación mundial de fútbol FIFA elija al país árabe como anfitrión tan solo ocho años después del Mundial en la vecina Qatar.

De ahí que los responsables en Riad busquen presentar una candidatura común junto con Egipto y Grecia, una alianza entre tres continentes.

Una oferta inmoral

Sin entrar en más detalles, en declaraciones a DW, el ministro de Deportes griego, Lefteris Avgenakis, confirmó las negociaciones entre los tres países.

No obstante, en la actualidad, Grecia no cumple con los requisitos necesarios, ya que únicamente el estadio de los Juegos Olímpicos de 2004 cuenta con la capacidad mínima para 40.000 aficionados, que exige la FIFA.

A fin de hacer realidad su sueño del torneo de fútbol, Grecia necesita muchas inversiones. Medios informan que Arabia Saudí ofreció asumir todos los costos de construcción necesarios para acoger un Mundial.

El orgullo egipcio, ¿un obstáculo?

"Egipto es capaz de llevar a cabo un torneo tan grande, ya sea en relación con la infraestructura, los estadios o el transporte", dice Ahmed Abbas a DW. El asesor de jugadores de fútbol tiene estrechos contactos con la asociación de fútbol de Egipto EFA, que no ha querido comentar posibles planes sobre el Mundial.

Abbas subraya que Egipto tiene mucha experiencia como anfitrión de eventos deportivos de ese tipo. En 2006 y 2019, el país a orillas del Nilo fue sede de la Copa de África. 

Unos 50 kilómetros al este de El Cairo se está construyendo la nueva capital administrativa del país. Un complejo deportivo forma parte del megaproyecto y podría ayudar a traer los Juegos Olímpicos de 2036 a Egipto. El estadio, que se está terminando de construir, tiene capacidad para casi 94.000 espectadores y se convertiría en el segundo mayor del continente africano.

En opinión de Majid al-Khulaifi, redactor jefe del periódico Doha Stadium, de Qatar, en el caso de Egipto, el mayor obstáculo para convertirse en sede del Mundial podría ser el orgullo de los egipcios, ya que la mayoría de los partidos del torneo se llevarían a cabo en Arabia Saudí, el candidato con los mayores recursos financieros. Primero, habría que convencer a los hinchas y a la población egipcios, que deberán aceptar jugar un rol menos relevante en el torneo.

Táctica en torno a la candidatura

También en Grecia se mira con reserva una posible candidatura. De ahí que el gobierno de Kyriakos Mitsotakis no mencione mucho el tema de cara a las próximas elecciones parlamentarias. El primer ministro heleno tiene buenas posibilidades de triunfar, y, en caso de que Mitsotakis se mantenga en el cargo, lo más probable es que se presente la candidatura conjunta como sedes del Mundial.

Por un lado, ve con buenos ojos el proyecto; por el otro, mantiene buenas relaciones con el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, a quien invitó a Atenas en julio de 2022. Se trató de la primera visita del soberano saudí a Europa después del asesinato del periodista Jamal Khashoggi, hace cuatro años.  

La FIFA y los derechos humanos

A principios del verano, la FIFA informará en detalle sobre el proceso de candidatura. En 2024, la elección definitiva tendrá lugar en el Congreso del ente mundial, en Osaka, Japón.

Sin embargo, la competencia es fuerte: desde Sudamérica, los campeones del mundo Argentina y Uruguay, así como Chile y Paraguay, ya presentaron oficialmente su candidatura conjunta. Aparte de la gran pasión por el fútbol, esos países tienen a su favor la simbólica victoria de Uruguay en el Mundial de 1930, en la primera edición del torneo de fútbol, exactamente cien años antes. 

No obstante, en caso de una candidatura, el periodista Majid al-Khulaifi calcula que Arabia Saudí sigue teniendo buenas posibilidades de convertirse en anfitrión, ya que Egipto tiene buenas relaciones con el mundo árabe y África. Además, Grecia podría movilizar votos europeos. 

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