Más del 80% de los japoneses están en contra de realizar los Juegos Olímpicos este año, después de haber sido pospuestos en 2020 por el coronavirus, según un sondeo publicado este lunes, a 10 semanas de los juegos de Tokio.

Este nuevo sondeo se realizó tras la ampliación el viernes del estado de urgencia en Japón, que lucha contra una cuarta ola de contagios de COVID-19. La encuesta, realizada el fin de semana por el diario Asahi Shimbun, pone de manifiesto que el 43% de los consultados quieren que se cancelen los juegos y el 40% que se pospongan de nuevo.

Hace un mes, los partidarios de la cancelación se elevaba al 35% y al 34% los que se decantaban por un nuevo aplazamiento.

Solo el 14% de los encuestados quieren que los JJ. OO. se celebren este verano boreal como previsto, frente al 28% de la encuesta anterior, según el sondeo realizado con 1.527 personas que respondieron a 3.191 llamadas telefónicas.

Otras encuestan que rechazan los JJ. OO. de Tokio

En los últimos meses, las encuestan han arrojado que la mayoría de los japoneses se oponen a la celebración de los Juegos Olímpicos. Según otra encuesta de la agencia Kyodo, publicada el domingo, el 59,7% de los consultados están a favor de la cancelación, aunque entre las preguntas no figuraba el aplazamiento.

Los organizadores de la cita deportiva aseguran que las medidas estrictas para luchar contra el virus, como someter a los atletas a pruebas de diagnóstico regularmente y prohibir la participación de espectadores del exterior, harán que los Juegos Olímpicos sean seguros.

Pero la encuesta de Kyodo muestra que el 87,7% de los consultados temen que la llegada de atletas y personal de los equipos procedentes del extranjero pueda propagar el virus.

Consultado sobre los sondeos, el portavoz gubernamental Katsunobu Kato dijo que el gobierno "realizará esfuerzos para que el pueblo japonés entienda que los Juegos de Tokio se celebrarán de una manera segura".

Japón ha registrado menos de 11.500 fallecidos por COVID-19 hasta la fecha, muchos menos que en la mayoría de los grandes países, pero el gobierno está presionado por la lentitud de la campaña de vacunación.

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