Tecnología médica de exportación. Esa es la línea en la que está trabajando la startup local Arcomedlab, que acaba de presentar una patente de invención en Estados Unidos de un mecanismo que permite integrar a sus implantes de cráneo, un sistema de liberación de fármacos que funciona con gravedad.

“Nuestros implantes se imprimen en 3D, no se esculpen como los modelos antiguos. Por lo mismo, nos es posible trabajar no solo con el exterior de la pieza, sino con su interior. Descubrimos todo un mundo”, explica Ilan Rosenberg, cofundador y CEO de Arcomedlab. Gracias al desarrollo de su tecnología, trabajaron casi cuatro años en la investigación y otros 18 meses en la implementación de un mecanismo no eléctrico que almacena y luego libera fármacos por goteo hasta por 20 días después de la instalación del implante.

¿Cómo funciona?

En promedio, con su modelo se pueden suministrar cinco milígramos de fármacos, a través de un goteo controlado que funciona por gravedad. Gracias a esta tecnología, se disminuye la presencia de bacterias e infecciones, que según investigaciones especializadas se mueve entre el 2,7% al 5%, cifra que se duplica si el implante se halla en la región frontal.

El biopolímero que usan en Arcomedlab se llama PEEK (poliéter éter cetona) y entre sus otras ventajas destaca que replica porosidades, no genera distorsión en exámenes radiográficos, permite irradiación en pacientes con cáncer y tiene mejor comportamiento en pacientes infantiles. Además es bioinerte, con bioelasticidad similar al hueso humano y en caso de complicaciones el PEEK puede ser retirado fácilmente.  “El material se puede volver a reesterilizar y reimplantar, mientras que en otros materiales simplemente se pierde el implante”, agrega Rosenberg.

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