Su día comienza a las 9:00 de la mañana cuando las enfermeras proceden a levantarlo y sentarlo en un sillón adaptado en su habitación. Es ahí donde recibe estimulaciones que lo ayudan a mover los músculos de su cuerpo.
Además, las profesionales lo visten con pantalones, polera y zapatillas.
Esta rutina de sentarlo se repite nuevamente en la tarde y se queda el sillón hasta las 20:00 horas aproximadamente.
El diario señala además que de vez en cuando es afeitado e incluso su amigo y peluquero Óscar Fernández, le ha cortado el pelo en más de una ocasión.
Sobre la seguridad, se sostuvo que la habitación de Cerati está absolutamente cerrada y se puede ingresar sólo con la huella digital, acción para la que solamente tienen autorización su madre y hermanas.
Estas importantes mujeres en su vida son quienes también deciden quién puede entrar y quién no a visitar al músico, en la pieza que no tiene salida al exterior y que cuenta con una ventana que da al pasillo.
La familia mantiene la esperanza de encontrar algún tipo de comunicación con él y, pese a que los médicos mantienen un constante monitoreo, aseguran que responde a algunos estímulos que hacen notar que podría estar escuchando a quienes lo rodean. Un ejemplo de esto es cuando la madre entra a la habitación y él mueve su cabeza, explican.
Otra instancia es cuando le piden que trague saliva y lo hace, o cuando escucha a algún amigo que llega a tocarle una canción. "Escuchar, escucha, lo que no sabemos bien es cómo lo procesa (...) Él tiene mucha fuerza, lo va a lograr", manifiestan sus cercanos.
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