Amparo Noguera no pudo evitar quebrarse mientras pronunciaba su discurso en la misa de despedida de su padre, el destacado actor Héctor Noguera

Emocionada hasta las lágrimas, la segunda hija del intérprete fue la última en intervenir, con un discurso que conmovió profundamente a los presentes en la Capilla del Campus Oriente de la Universidad Católica. El actor, fallecido a los 88 años, fue despedido por familiares, amigos, colegas y figuras del mundo cultural que se reunieron para rendirle homenaje. 

Antes de comenzar su intervención, Amparo Noguera logró sacar una sonrisa al público con un momento que alivió un poco la tristeza: “Diego, tráeme mis anteojos”, le dijo entre risas a su hermano menor.

Acto seguido, se puso los lentes y el tono cambió por completo. “Te escuché muchas veces decir que encontrabas un poco mezquino que solamente esta fuera nuestra realidad, que solamente este fuera nuestro plano”, comenzó diciendo, evocando las reflexiones más profundas de su padre.

Luego añadió:  “Siempre pensaste que había otro lugar, siempre reflexionaste acerca de eso. El teatro te ayudó a pensar en esas cosas, buscar respuestas ahí. Deseo que encuentres las respuestas donde estés, pero tampoco tantas porque creo que tu felicidad era el pensamiento y reflexión, que lo que te hacía crecer era la maravillosa falta de certezas.”

En medio de un profundo silencio, Amparo finalizó su discurso con un guiño a una de las obras más queridas por su padre: "La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca". "Tito" Noguera admiraba profundamente al autor y llegó a interpretarlo en múltiples ocasiones durante su extensa carrera.

“¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”, fue la frase final que Amparo Noguera pronunció conmovida hasta las lágrimas, recibiendo los aplausos de los presentes. 

 

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