La repentina muerte de Carolina Fadic a raíz de un infarto cerebral, conmocionó al país en el 2002. Con tan solo 28 años, el 12 de octubre la actriz falleció y dejó una sólida carrera en teleseries chilenas, pero lo más importante, a su pequeño hijo Pedro del Carril, quien tenía apenas seis años cuando perdió a su madre.

Fruto de su relación con el fotógrafo Gabriel del Carril, con quien estuvo casada y de quien se separó un año antes de su fallecimiento, Pedro enfrentó desde muy temprana edad la ausencia materna. Fue entonces cuando otra figura femenina entró en su vida y marcó un antes y un después.

"Sentí sus ganas locas de tener una nueva mamá": Elvira López recuerda cómo fue su encuentro con el hijo de Carolina Fadic

Con el tiempo, Gabriel inició una nueva relación con la actriz Elvira López, quien venía dando sus primeros pasos en la actuación y alcanzaría notoriedad con su participación en la exitosa teleserie Machos. Fue ella quien al conocer a Pedro cuando el niño tenía ocho años, comenzó a forjar un lazo que se transformaría en un vínculo maternal profundo.

En una antigua entrevista en el programa Mentiras Verdaderas de La Red, Elvira relató cómo fue ese primer acercamiento con el hijo de Fadic:
“Cuando tuve la primera conexión con el Pedro, tenía 8 años, un pendejo. Sentí esa energía linda, esa apertura y generosidad de él para decirme ‘vamos, bienvenida’”, recordó emocionada.

Junto con eso, agregó, “esas ganas locas, esa avidez maravillosa e inconmensurable de querer tener de nuevo una mamá, que lo contuviera, que le pusiera límites. Desde el primer día que nos vimos. Sentía que a Pedro lo llenaba tener de nuevo una mamá”.

Años más tarde, en 2017, volvió a hablar del vínculo con su hijastro en una entrevista en el matinal Buenos Días a Todos, donde reafirmó el rol que asumió en su vida. “Pedro es mi hijo. Pedro tiene dos mamás, solamente que una está en el cielo y otra está acá”, expresó.

Hoy, Pedro del Carril ya es adulto. Estudió Artes Visuales en la Universidad Nacional de las Artes en Argentina, ha trabajado como fotógrafo y también se desempeña como DJ. Así, ha seguido tanto la sensibilidad artística de su madre como la vocación visual de su padre, forjando su propio camino creativo entre dos mundos que marcaron su origen.

 

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