1. “La continuidad”. En el comando pronto tomaron nota -y también lo hicieron en el equipo de Kast- que el mayor problema para el despegue de la campaña de Jara no era ser militante del PC, sino ser la candidata de continuidad del actual gobierno.

  • Por ello, Jara intentó separar aguas con la administración de Boric. Primero señalando que ella tenía otro estilo y prioridades; y luego criticando abiertamente a la administración por el manejo del caso Monsalve o las políticas de Vivienda, lo que la llevó a una disputa pública con el ministro Carlos Montes.
  • El desmarque táctico, no fue del todo efectivo. Boric confrontó a Kast incluso por cadena nacional, lo que molestó al comando oficialista al instalar la disputa entre él y el republicano, opacándola a ella y consolidando la idea de que la elección era un plebiscito del actual gobierno.

REVISA OTRAS NOTAS DE EX-ANTE HACIENDO CLICK AQUÍ

2. En busca del relato. El triunfo en primarias dio un impulso a Jara y su sector se cuadró tras su figura. El sociólogo Darío Quiroga (ex PC) fue el artífice de la campaña de primera vuelta. El diseño fue explotar los atributos blandos de la abanderada, como son su estilo empático -ella misma se comparó varias veces con Michelle Bachelet-, y solía bromear en los primeros foros y debates; sus orígenes modestos en una población de Conchalí, y destacar sus logros en el Ministerio del Trabajo en la reforma previsional y la Ley de 40 horas.

  • La fórmula le permitió liderar las encuestas en la primera etapa -frente a otros siete candidatos-, sin embargo mostró sus dificultades para crecer por sobre el 30%, el electorado firme de izquierda. Con voto obligatorio necesitaba conquistar a los nuevos electores, los sectores menos politizados y el voto de centro para tener alguna chance.
  • Su mal desempeño de primera vuelta abrió un debate en su comando respecto a si debía confrontar a Kast, sembrando el miedo, o mostrar a una candidata con propuestas, para ampliar su radio electoral. Ganó la primera tesis, de los “halcones”.

3. El peso del PC. El principal desafío fue intentar durante toda la campaña desmarcarse de la carga simbólica del PC. Insistió que su coalición era de centro izquierda y que la conformaban 9 partidos. “No soy la candidata del PC”, dijo. Luego se abrió a suspender su militancia y renunciar a ella en caso de ser electa.

  • También se enfrentó en diversas ocasiones a la directiva del partido, encabezada por Lautaro Carmona, y a Daniel Jadue, con fuerte ascendente en la tienda. Jadue complicó la campaña con declaraciones en su canal de streaming como que “el pueblo tiene todo el derecho y la razón para pasar por sobre el Estado de Derecho”.
  • Con su afiliación de más 35 años en el partido (ingresó a la JJCC a los 15 años) los bombardeos de los históricos del PC la enredaron, más allá de su diseño táctico de tomar distancia de ellos.
  • Jara incluso envió mensajes contradictorios como en el último debate de Anatel, cuando calificó a Nicolás Maduro de dictador, pero acto seguido acusó a la líder de la disidencia venezolana, María Corina Machado, de participar en “intentonas golpistas”.

4. Autogoles. La estrategia de privilegiar los atributos blandos por sobre los ejes programáticos terminó generando varios traspiés en la campaña. Tras las críticas de economistas, Jara señaló en un foro que no compartía lo señalado en su programa de primarias respecto que instalaría un “desarrollo guiado por la demanda interna”, sin considerar que la economía chilena se sustenta en el comercio exterior.  Tras ello Jara desvinculó a su jefe programático Fernando Carmona (hijo de Lautaro Carmona).

  • Luego cometió otros errores en los debates como decir que su programa no incluía la nacionalización del cobre -pese a que lo incluía expresamente-, y en otra ocasión dijo que ella no apoyó el tercer retiro de los fondos de las AFP, pese a que en redes sociales se constató que sí lo había hecho.
  • También tras las recomendaciones de su jefe económico, Luis Eduardo Escobar, modificó su promesa estrella de un salario vital de $750 mil, a un ingreso vital de ese monto, es decir que incluya bonos sociales.
  • El comando optó entonces por marginarla de los debates y enfocarse en una gira por el país.

5. Cambio de agenda. “Lo que viene no va a ser fácil, pero Jeannette sabe de batallas difíciles”, publicó en su cuenta de X el 29 de junio el Presidente Gabriel Boric, luego que Jeannette Jara (PC) ganara las primarias del oficialismo imponiéndose con un 60% de los votos.

  • La visión era compartida por toda la izquierda: la candidatura del sector sería cuesta arriba, ya que el cambio en el clima político a partir del fallido proceso constitucional y la emergencia de temas como la migración y la delincuencia, pavimentaban el camino a la derecha.
  • Además en un hecho inédito, el oficialismo en pleno postulaba a una abanderada del Partido Comunista.
  • En el fragor de la campaña de primarias, Tohá advirtió que “no todos los liderazgos son igualmente competitivos ante la derecha” y que Jara “representa un sector que, donde ha gobernado en el mundo, los países se han estancado socialmente y ha cundido la pobreza”.

6. La apuesta final. Las estimaciones del comando apuntaban a obtener más de un 30% en primera vuelta para tener posibilidades reales. Pero el 26,8% estuvo bajo todos los pronósticos. No tenía mayor margen para crecer. La amplia mayoría de los votos de Johannes Kaiser y Evelyn Matthei se irían necesariamente a Kast y el electorado de Franco Parisi (19,7%) era una clase media apolítica difícil de conquistar.

  • La primera semana del balotaje, en un ambiente pesimista, el comando protagonizó varios bochornos como la viralización de un video antiguo de Darío Quiroga su brazo derecho, burlándose del electorado de Parisi.
  • O la presentación de un comando de más 40 personas, donde el cantante urbano Balbi el Chamako posó junto a ella como “embajador cultural”. Debió renunciar tres horas después porque no chequearon que tenía una causa abierta por violencia intrafamiliar.  Los múltiples voceros generaron varias fricciones y un mensaje confuso en la campaña.
  • Uno de los golpes de gracia lo dio la reunión del exPresidente Eduardo Frei (DC) con Kast, un hecho desmoralizante para la campaña oficialista.
  • Jara cambió su estilo y endureció el tono contra Kast con duras acusaciones y agrios debates. Pero entonces el plan ya no era ganar, sino polarizar la campaña para que los electores acudieran a las urnas e intentar que la derrota no fuera tan estrepitosa.
Publicidad