Recesión en Estados Unidos. En su columna de este martes en el New York Times, Paul Krugman anticipó que este jueves se declararía una “recesión” en Estados Unidos basándose en el conocido mecanismo que con que se miden: Dos trimestres consecutivos de caída en el PIB.

  • Efectivamente, en forma preliminar el Bureau of Economic Analysis, dependiente del Departamento de Comercio, delineó hoy ese mismo mensaje: la economía norteamericana cayó 0,9% anual en el segundo trimestre. Había descendido 1,6% en el primero. The Wall Street Journal dice: “Un segundo trimestre de caída seguida corresponde a una definición común de recesión”.
  • Pero Krugman, adelantándose, desafió la idea. “No es así como se definen las recesiones; más importante, no es cómo deberían definirse. Es posible que las personas que realmente deciden si estamos en una recesión finalmente declaren que comenzó una recesión en Estados Unidos en la primera mitad de este año, aunque eso es poco probable dado otros datos económicos. Pero no basarán su decisión únicamente en si hemos tenido dos trimestres consecutivos de caída del PIB real”.
  • El premio Nobel de Economía 2008 y profesor de la Universidad de Nueva York recuerda que las mediciones de actividad económica tienen más de un siglo de historia. Y desde 1978 que, al menos en Estados Unidos, es la NBER (Oficina Nacional de Investigación Económica) la que determina, con juicio de expertos, cuándo la economía se ha contraído. Pero su determinación tarda demasiado, y por eso los dos trimestres consecutivos de caída se ha instalado como una fórmula que, además, se puede adaptar a otras economías.
  • “Dos trimestres de contracción económica, una recesión lo suficientemente sostenida como para que probablemente no sea un problema estadístico, parece, en la superficie, un criterio razonable. Pero no es difícil ver cómo podría ser profundamente engañoso, incluso si los datos son correctos. Imagine, por ejemplo, una economía que sufrió una fuerte caída durante un trimestre, luego se estabilizó brevemente y creció un poco, luego reanudó su caída durante otro trimestre. ¿Realmente querría negar que esta economía experimentó una recesión?”, dijo Krugman.
  • Ante esa disyuntiva, propone seguir la tasa de desempleo a partir de la denominada “Regla Sahm”, conocida así porque la planteó la economista Claudia Sahm. Para Krugman, esa debería ser la definición: “Una recesión ha comenzado cuando la Regla Sahm dice que lo ha hecho. Y ahora mismo la regla enfáticamente no dice que estemos en una recesión”.

 

“Tal como señala la columna, en EE. UU. el NBER marca las fechas de inicio y término de una recesión basado en un conjunto amplio de indicadores. Esta institucionalidad no existe en Chile y sería interesante evaluar su creación”, indica a Ex-Ante  Herman González, excoordinador macroeconómico del Ministerio de Hacienda y actual investigador en Clapes UC.

Trasfondo político. Pero el debate no es solo económico. Es también político. El propio Krugman señala que habrá presión para que el gobierno de Joe Biden admita que experimenta ya esa recesión.

  • En Estados Unidos, los republicanos cuestionan que Krugman levante este tema ahora en contraposición a sus críticas recurrentes cuando Donald Trump estaba en la Casa Blanca.

El debate en Chile. Chile también va rumbo a una recesión económica. O al menos así lo espera la mayoría de los economistas, incluido el ministro de Hacienda, Mario Marcel.

  • La práctica en Chile, tal como dice Krugman sobre EE.UU., es que cada vez se tomen dos trimestres consecutivos de fluctuación negativa. Con una diferencia: durante mucho tiempo los analistas chilenos miran el dato anual (trimestre de un año respecto del mismo trimestre del año previo), mientras que en las economías desarrolladas se miden trimestres continuos, todo corregido por estacionalidad para así hacerlos comparables.
  • “La caída de dos trimestres consecutivos es una forma de verlo. Pero si uno quiere hablar de recesión con todas sus aristas, hay que ver más de un indicador”, dice Cristóbal Gamboni, economista senior del Observatorio de Contexto Económico (OCEC) de la Universidad Diego Portales..
  • “¿Cuándo hay una contracción generalizada de la actividad económica?”, se pregunta el economista Luis Eduardo Escobar: “Al mirar los datos, a la minería puede que le vaya bien, pero no a la manufactura. Muchas veces, dependiendo del tamaño del impacto de un sector, se afecta a la economía en su conjunto, pero porque ese sector es muy grande. Por lo tanto, con un enfoque simplista de solo mirar el PIB, podría ocurrir que por una sequía que afecte la agricultura en un año específico podríamos estar en recesión aunque en los otros sectores todo funcione normal”, reflexiona.
  • “Concuerdo con que dos trimestres consecutivos de caída del PIB desestacionalizado es una versión simplista de una recesión y se requiere considerar más información”, comenta Hermann González, coordinador del área macroeconómica de Clapes UC. “Esto es especialmente relevante en EE.UU. hoy, porque si bien se pueden dar dos trimestres consecutivos de caída de la actividad, el mercado laboral mantiene un dinamismo relevante. Con todo, que no se defina ahora la recesión no quiere decir que el país no vaya a entrar en el futuro cercano en recesión, porque, de hecho, hay una serie de otros indicadores, como el mercado inmobiliario, la confianza de los consumidores, la actividad manufacturera, entre otros, que también están sufriendo un ajuste relevante en ese país”, plantea.

Qué otros elementos revisar. “La economía chilena se encuentra en un proceso de normalización después de la expansión sobre normal del año 2021 y, en ese contexto, es probable que tengamos dos trimestres consecutivos de caída del PIB. De hecho, el PIB ya cayó en el primer trimestre de este año”, dice Hermann González. Sin embargo, “en Chile las últimas recesiones ocurrieron en 1999, 2009 y 2020 y en esa ocasión el PIB cayó en todo el año, no solo en dos trimestres. Con esto quiero decir que, en nuestro país, una visión más de consenso es que hay recesión en un año que cae el PIB en promedio respecto del año anterior, lo que podría ocurrir en 2023, por ejemplo (el Banco Central proyecta que el PIB varíe entre -1% y 0%)”.

  • “¿Corresponde hacer una métrica simple de recesión?”, se pregunta Cristóbal Gamboni: “En el caso chileno la cosa es un poco distinta. Las proyecciones de mercado apuntan a que no necesariamente habrá una recesión técnica. Estamos pasando un período desde una economía sobrecalentada y se está normalizando”, dice a Ex-Ante.
  • Para Luis Eduardo Escobar, que se menciona el déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos como un síntoma del sobrecalentamiento de la economía chileno es un error de apreciación. A su juicio, lo que aquel déficit de 7% del PIB indica que es que hubo un entusiasmo por el consumo el año pasado, con órdenes de compra hechas entonces pero que no representan un factor actual. Se refiere así a la denominada Curva J: “A pesar de que se hizo una corrección macro importante, con reducción del gasto público, y devaluación del peso, las importaciones se demoran en caer porque las órdenes las pones con seis, nueve meses de antelación”, dice el también presidente del Puerto de Valparaíso.

Tasa de desempleo. Krugman sobrepondera el comportamiento del mercado laboral cuando sostiene que ese puede ser un mejor estimador de recesiones, siguiendo la Regla Sahm.

  • “¿Podemos hablar de recesión cuando lo que se está haciendo es normalizar la economía para que la inflación deje de ser un tema? Y el mercado laboral no se está recuperando, es cierto, pero que tampoco está empeorando”, recoge Gamboni.
  • “Efectivamente el empleo está estable en niveles históricamente considerados ‘aceptables’. Eso sí, no hemos visto dos cosas en el mercado laboral: no se ha recuperado a niveles pre 2019, y hay más empleo informal que en 2019. Si bien es cierto la gente está generando ingresos, son menos estables y son menores que en 2019 en parte por la inflación”, comenta Escobar.
  • El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó hoy jueves que la tasa de desempleo en el trimestre móvil abril-junio llegó a 7,8%, una caída de 1,7 puntos porcentuales respecto de igual período del año pasado.
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