La renuncia del también ex presidente de la DC a días de la Junta Nacional, que debatirá la profunda crisis en que cayó el partido luego del triunfo del Rechazo en el plebiscito.
Varios militantes históricos han renunciado al partido desde el 4-S, como los ex ministros René Cortázar y José Pablo Arellano, que junto a Jorge Burgos se fueron al partido Amarillos, y recientemente los senadores Ximena Rincón y Matías Walker -hermano de Matías- que conformaron el naciente partido “Demócratas”.
Walker, al igual que buena parte de los militantes que han partido de la DC, fueron partidarios de perfilar la identidad de la colectividad y sellar acuerdos con la centroderecha y la centroizquierda, tomando distancia del bloque FA-PC.
La semana pasada, en esa misma línea, el ex convencional Fuad Chahin fue suspendido por el Tribunal Supremo de la colectividad por apoyar la opción Rechazo, ante lo cual Chahin acusó al TS de actuar como como un “sicariato”. Para algunos, su frase aludía al círculo de la senadora Yasna Provoste, que alentó su sanción y que, desde el ala izquierda de la DC, contrala la máquina del partido.
Qué significa. El gran dilema que hoy recorre a la DC apunta a si sobrevivirá al resultado del plebiscito o si habrá un cisma que los termine situando en una posición más reducida que la actual y con aún menos espacio.
- Las diferencias internas entre los democratacristianos, a estas alturas, son prácticamente irreconciliables. En el partido esperaban el resultado del plebiscito para adoptar algunas definiciones tácticas e incluso ideológicas, pero antes de ello terminaron renunciando ex ministros y senadores. Ese factor, que en un momento se cruzó con diferencias personales, hoy tiene un trasfondo estratégico y, sobre todo, de poder: copar el centro político.
- Aún no está claro, por ejemplo, cómo se recuperará a la DC de su crisis de identidad y relato. Este cuadro no da un horizonte de salida claro a la crisis, por lo que en algunos sectores se ha instalado la idea de que el partido se divida entre un sector más progresista y otro que apueste a perfilarse en otras colectividades de centro, como Amarillos o los Demócratas.
- Lo que es un hecho es que el centro político explotó después de la elección y que aún no está claro cómo se dibujará el mapa político en adelante. Rincón dijo hace algunos días a Ex-Ante que el plebiscito había terminado con la lógica del SÍ y el NO, lo que en buenas cuentas significa romper con el esquema tradicional de alianzas que gobernó el país desde la transición.
Declive y fuga. En 1989, la DC tenía 38 diputados. Y en 1993, 1,8 millones de votos. Por lejos fue el principal partido del país en los gobiernos de Aylwin y Frei Ruiz Tagle, concentrando más de la mitad de los votantes de la ex Concertación. La caída sostenida de la colectividad comenzó en 2001. Y la debacle, en 2017.
- Todos sus presidenciales han fracasado desde fines de la década del 90 y sus remezones electorales han descabezado a sus directivas, mientras han protagonizado masivas fugas desde 2007, que hoy abrieron un espacio a Amarillos, que amenaza con copar el centro político.