Por qué importa: El gobierno de Gabriel Boric requerirá de millonarios recursos para financiar su plan de reformas y derechos sociales, Para conseguir esos recursos,  la nueva administración busca aumentar los ingresos fiscales a través de una reforma tributaria equivalente al 8% del PIB, reorganización y ahorros y mayor crecimiento.

  • Hace más de una década que Mario Marcel, como economista viene alentando la figura de los pactos fiscales, como fórmula para asegurar el crecimiento de largo plazo de la economía. En la OCDE, Cieplan, la Universidad de Chile y diversas ponencias, el nuevo ministro de Hacienda ha abogado por esta fórmula.
  • Su diagnóstico es que solo un acuerdo político amplio permitirá avanzar hacia un esquema de financiamiento público. Este consenso sería de implementación gradual, con gastos e ingresos claros -incluyendo deuda- para poder financiar la mayor demanda ciudadana por bienes públicos, redistribución y empujar desde el Estado un cambio en la estructura productiva que genere un mayor crecimiento económico -y por ende ingresos- pero que contenga innovación, inclusión y sostenibilidad medioambiental.

Diálogo social:  “Esta reforma tributaria no debe ser vista como la reforma tributaria de mi Gobierno ni como un enfrentamiento entre clases sociales, entre buenos y malos. Debe verse como un nuevo pacto fiscal, que sea producto de un diálogo social amplio, no dilatorio, y cuyos cambios sean duraderos”, aseguró Boric a fines de enero durante un encuentro con los empresarios en la Enade. Allí añadió que un régimen “más parecido al que tienen la mayoría de los países de la OCDE, tanto en términos de recaudación como en progresividad”.

  • A juicio de Marcel,  el consenso fiscal de Chile está  totalmente obsoleto. No solo el Estado gasta más de lo que recibe, sino que la estructura de pago de tributos está completamente cuestionada y es considerada una fuente importante de desigualdades.
  • Este modelo considera al endeudamiento como pieza clave para asegurar el financiamiento de la agenda pública. Permite que los programas y políticas se puedan ejecutar en el tiempo, aún en períodos de contracción económica.

Déficit fiscal: El acuerdo consiste en permitir la toma de créditos incluso sobre los consensos de que Chile ha manejado este ítem en los últimos 40 años.  Considera endeudarse con límites y desendeudarse con plazos y formas claras y transparentes. Su otra característica es la progresividad de la estructura tributaria, es decir que los tributos pueden moverse al alza -e incluso a la baja- dependiendo del acuerdo o consenso. Por ejemplo: un alza en el impuesto verde, a las emisiones de las empresas, podría subir para acelerar el cambio tecnológico y después desaparecer, una vez alcanzados los objetivos de la política pública.

  • Debido a los gastos de la pandemia el déficit fiscal de Chile saltó del 1,5% en 2018 a  11,5% del PIB en 2021, para bajar al 3,9% del PIB en 2022.
  • Australia, que tenía una deuda pública neta de 25% del PIB previo a la pandemia convergerá a niveles en torno a 50% del PIB post pandemia.
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