Las representaciones de sexo en la televisión y en las películas suelen consistir en encuentros apasionados e improvisados ​​que parecen tener poca previsión o planificación.

Estas imágenes en los medios envían el mensaje de que una característica del sexo apasionado y satisfactorio es la espontaneidad.

De hecho, en nuestros estudios, cuando les preguntamos a las personas que están pareja -en Estados Unidos y Canadá- sobre sus preferencias sexuales, la mayoría creía que el sexo es más satisfactorio cuando ocurre de forma espontánea que cuando se planifica con antelación.

Mitos sobre la espontaneidad

¿Pero es realmente más satisfactorio el sexo improvisado?

Aunque para algunos la espontaneidad puede ser un signo de pasión, valorarla puede tener sus inconvenientes.

Si bien el deseo sexual puede ser intenso en una relación nueva y puede parecer que las relaciones sexuales ocurren regularmente sin planificación, el deseo sexual (y la frecuencia del sexo) a menudo disminuye con el tiempo en una relación.

Las parejas de larga duración que esperan que ambos miembros sientan deseo de forma simultánea para tener relaciones sexuales pueden llegar a tener poco sexo.

Si no hay planificación, muchas veces el sexo no ocurre.

La planificación puede ser esencial para que el sexo ocurra en medio de las otras demandas sobre tu tiempo, incluso si programar un encuentro sexual es considerado menos sexy.

Saber cuándo tener relaciones sexuales también puede ayudar a las personas a prepararse (ropa, lubricación, privacidad), y eso podría mejorar el sexo.

Investigación

A pesar de que el ideal de espontaneidad permea la cultura, la psique y los medios norteamericanos, pocas investigaciones han examinado cómo se compara el sexo planificado con el ideal de sexo espontáneo.

Nuestro equipo de investigación del Labortario de Salud Sexual y Relaciones de la Universidad de York, en Canadá, reclutó a 303 individuos y 102 parejas de Estados Unidos y Canadá.

Les pedimos a nuestros participantes que señalaran qué tan de acuerdo estaban con afirmaciones como: "El sexo con mi pareja es más satisfactorio cuando sucede de forma espontánea" y "Prefiero saber de antemano cuándo voy a tener sexo".

Luego les preguntamos si su experiencia sexual más reciente había sido planeada o no. Les preguntamos también si estaban satisfechos sexualmente en su relación en general y y si lo habían estado durante su experiencia sexual más reciente.

También registramos sus experiencias diarias en un período de tres semanas.

Espontaneidad y satisfacción

En ambos estudios, la gente expresó que creía que la espontaneidad era ideal. Pero en contraste con estas creencias, el sexo espontáneo no era especialmente satisfactorio.

En medio de las ocupaciones diarias y el cuidado de los hijos, muchas parejas necesitan crear un espacio y un tiempo para compartir un momento de intimidad.

En nuestro primer estudio, aunque las personas que estaban más fuertemente alineadas con el ideal de espontaneidad dijeron estar más satisfechas sexualmente, cuando se consideró que su experiencia sexual más reciente había ocurrido espontáneamente, no encontraron que esta fuera más satisfactoria que el sexo planificado.

Puede que a veces el sexo planeado sea menos sexy, pero esto solo lo fue para aquellos que creían que planificar el sexo no es ideal.

Percibir una experiencia sexual reciente como planeada se relacionó con una menor satisfacción sexual en general, pero este no fue el caso para quienes que creían más firmemente que el sexo planeado era satisfactorio (y, curiosamente, aproximadamente uno de cada cinco mencionó que su último encuentro sexual fue planeado).

En un segundo estudio, en el que seguimos la experiencia sexual de parejas por 21 días, la satisfacción sexual no difirió en función de si el sexo se percibía como espontáneo o planificado, incluso para aquellos que creían en el ideal del sexo espontáneo.

También quisimos averiguar cómo las personas sentían que la espontaneidad y la planificación contribuían a su disfrute sexual. Curiosamente, la gente dijo que la espontaneidad se sumó a su excitación sexual, pasión, significado y deseo.

Pero muchas personas también mencionaron que la planificación podría crear anticipación y deseo sexual.

Y si bien algunas personas mencionaron que el sexo planificado podría agregar un elemento de presión, la espontaneidad tampoco siempre fue la receta para el sexo apasionado: algunos señalaron que cuando el sexo no fue planificado, no tuvieron tiempo suficiente para prepararse para la penetración, dejar de lado las distracciones mentales o garantizar la privacidad.

Percepciones sobre la pasión

Una de las razonas por las que la gente valora la espontaneidad es porque la vinculan a una pasión y un deso más auténticos, similares a los de las primeras estapas de la relación.

Si esto te pasa a ti, recuerda que incluso en las etapas más tempranas de una pareja, el sexo estaba probablemente más planeado de lo que pensabas.

Es importante recordar que en los comienzos de una relación también hay un alto grado de preparación y planificación.

Simplemente piensa en toda la planificación involucrada en crear citas románticas o divertidas, en preparación de las relaciones sexuales que vendrían despúés (con el acicalamiento personal o el uso de ropa interior atractiva en los primeros días de la relación).

El sexo planificado, por otra parte, puede evocar asociaciones antieróticas con la responsabilidad, el deber y la obligación, lo cual -es un hecho- no es el tema de las grandes novelas romátincas.

Sin embargo, nuestra investigación muestra que entender el valor del sexo planificado podría ayudar a las parejas a mantener la satisfacción sexual, siendo intencionales respecto al sexo.

Esto es especialmente importante de recordar cuando las parejas románticas atraviesan períodos en los que la espontaneidad es un desafío, como cuando están muy ocupados en el trabajo o cuando nace un nuevo hijo.

Intención

Expertos que tratan a parejas que tienen dificultades con su conexión sexual han intentado durante mucho tiempo de desafiar las ideas sobre la espontaneidad sexual a favor de que los pacientes tengan una actitud más deliberada respecto a las relaciones sexuales.

Las mayoría de las cosas que nos importan en la vida están planificadas con antelación. Piensa por ejemplo en tus últimas vacaciones. Seguro que el viaje fue algo que planeaste con antelación, pero también algo placentero.

Si el sexo es algo que tu y tu pareja valoran, planear puede ser parte de priorizar la conexión sexual.

Mientras que las estrellas pueden a veces alinearse y despertar un momento de pasión, tener la intención de planificar tiempo para el sexo puede tambien crear el momento y la situación para encuentros sexuales satisfactorios.

Planificar el sexo no significa que sea algo que tiene que agendarse.

Puede tratarse simplemente de comunicarse con la pareja, para entender cuándo es más probable que sienta deseo, como por ejemplo después de compartir un momento de intimidad emocional, o durante períodos menos estresantes en el trabajo, y acordar hacer tiempo para establecer esa conexión.

Ahora que tantas personas todavía trabajan desde la casa o de forma remota, esto puede ser tan simple como cambiar tu horario de trabajo para que puedas disfrutar de un momento de intimidad por la tarde.

Ahora que muchas personas trabajan aún desde la casa, es importante buscar un momento del día para crear un espacio de intimidad.

En algunos casos, tú o tu pareja pueden estar más interesados ​​en tener relaciones sexuales por la mañana o por la tarde que por la noche, cuando están listos para ir a dormir después de una cena abundante.

Para la mayoría de las parejas, el sexo es una forma de mantener y fortalecer su conexión. Y con el tiempo en las relaciones, al igual que las citas por la noche o las escapadas de fin de semana, es algo que puede requerir planificación.

La buena noticia es que el sexo planeado es tan satisfactorio como un encuentro improvisado.

*Katarina Kovacevic es estudiante de doctorado, Psicología Social y de la Personalidad, Universidad de York, Canadá. Amy Muise es profesora de Psicología, Universidad de York, Canadá.

*Este artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia Creative Commons. Haz clic aquí para leer la historia en su versión original.

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