El refugiado que hace más de tres meses fue avistado vendiendo lápices con su hija en brazos en Beirut ─en una de esas imágenes que han dado vuelta las redes sociales en todo el mundo─ ahora es un pequeño empresario que tiene tres negocios.

Abdul Halim al-Attar, de 33 años y padre dos niños, logró abrir una panadería hace un par de meses. Luego de eso abrió una tienda de kebab y otro pequeño restaurante. En total, les da trabajo a 16 refugiados sirios. Pese a que es de Siria, Al-Attar es palestino y no tiene la ciudadanía siria.

Pero esa misma foto de meses atrás en que se apreciaba al sirio vendiendo en la calle, fue la que le ayudó a salir de su complicada situación económica. Luego de que la foto se hiciera viral, se inició una campaña online de crowdfunding que logró reunir US$ 191.000 en su nombre.

Una de las personas que inició la campaña fue el periodista y desarrollador web noruego, Gissur Simonarson, quien creó una cuenta de Twitter llamada @buy_pens y una campaña por Indiegogo que logró reunir en poco tiempo US$ 5.000 para Al-Attar y su familia. Eso sí, la sorpresa llegó poco después, cuando la campaña recolectó 40 veces más tras haber cerrado.

“No sólo cambió mi vida, sino que también la vida de mis hijos y la vida de la gente en Siria a la que he ayudado”, dijo el sirio quien aseguró que le regaló cerca de US $25.000 a sus amigos y familiares en Siria.

Además de sus negocios de comida, Al-Attar logró mudarse de una habitación que compartía con sus hijos a un departamento en el sur de Beirut.  Antes de que los combates en Siria destruyeran Yarmounk, Al Attar trabajaba en una fábrica de chocolate en ese lugar.

Eso sí, conseguir los fondos que se recolectaron para el palestino ha sido todo un desafío. Hasta ahora, sólo ha podido recibir el 40%. Además, Indiegogo y Paypal tomaron cerca de US$ 20.000 en transacciones bancarias.

Pero pese a su frustración de no poder recibir el dinero, Al-Attar se siente agradecido. En un reportaje fotográfico para AP, llevaba una camisa donde se lee “Mantente positivo” y una gigantesca sonrisa. “Cuando Dios quiere darte algo, lo obtendrás”, dijo.

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