Los supervivientes del Holocausto se reunirán el lunes en Auschwitz para conmemorar la liberación hace 75 años por las tropas soviéticas de este campo de exterminio donde la Alemania nazi mató a más de 1,1 millón de personas, sobre todo judíos.

Con motivo de este aniversario, Israel celebró el jueves en Jerusalén su propio foro sobre el Holocausto, que contó con la asistencia de personalidades como el vicepresidente estadounidense Mike Pence, el presidente francés Emmanuel Macron y su homólogo ruso Vladimir Putin. Ninguno de ellos irá a Auschwitz. 

El mes pasado, el presidente ruso provocó indignación en Occidente al afirmar erróneamente que Polonia había actuado en connivencia con Adolf Hitler y contribuido al estallido de la Segunda Guerra Mundial.

En realidad la guerra estalló cuando la Alemania nazi y la Unión Soviética invadieron Polonia en septiembre de 1939, en virtud de una cláusula secreta de su pacto Molotov-Ribbentrop. 

El presidente polaco, Andrzej Duda, acusó a Putin de haber intentado reescribir la historia y no acudió al foro de Jerusalén porque se le negó la posibilidad de expresarse.

Pronunciará un discurso en Auschwitz durante las ceremonias en honor a los seis millones de judíos europeos muertos en el Holocausto.

Los Aliados lo sabían en 1942 

Para algunos, las pesadillas del campo de concentración siguen vivas. 

Los soldados alemanes "no tenían más que señalarte con el dedo para enviarte a una cámara de gas", recuerda Bronislawa Horowitz-Karakulska, de 88 años, una judía polaca superviviente de Auschwitz, donde fue encarcelada a los 12 años con su madre. 

"El que parecía débil, delgado, huesudo era seleccionado para morir", afirma la anciana. Ella sobrevivió gracias a que su madre logró sobornar a los guardias con un diamante que hizo entrar clandestinamente en el campo.

"Estaba lleno de soldados alemanes, de perros que ladraban (...) de agitación, de miedo, de gritos, Auschwitz era un gran horror", insiste. 

El mundo se enteró sobrecogido de los horrores después de la entrada del Ejército Rojo en el campo el 27 de enero de 1945, pero los Aliados tuvieron información detallada sobre el genocidio de los judíos mucho antes. 

En diciembre de 1942, el gobierno polaco en el exilio, con sede en Londres, transmitió a los Aliados un documento titulado "El exterminio masivo de los judíos en la Polonia ocupada por Alemania".

El documento incluía relatos detallados del Holocausto presenciados por miembros de la resistencia polaca. El texto despertó recelo. 

Los miembros de la resistencia polaca Jan Karski y Witold Pilecki arriesgaron sus vidas en operaciones separadas para infiltrarse y escapar de los campos de exterminio nazis y de los guetos judíos en la Polonia ocupada, incluido Auschwitz.

 "Solución final" 

Los aliados "simplemente no se creyeron muchos de estos informes", afirmó a la AFP el profesor Norman Davies, un historiador británico de Oxford. Los consideraron exagerados o parte de la propaganda de guerra polaca.

Pese a las peticiones de la resistencia polaca y judía para que Londres y Washington bombardeasen las vías férreas que conducían a Auschwitz y a otros campos de exterminio, "la actitud de los militares consistía en centrarse en objetivos militares, no en asuntos civiles", declara Davies. 

"Uno de los objetivos que el ejército (británico) bombardeó fue una fábrica de combustible sintético cerca de Auschwitz" en 1943-44, agregó. 

Aunque los aviones de combate británicos sobrevolaron el campo de exterminio no se dieron órdenes de bombardeo. 

El profesor Dariusz Stola, historiador polaco y experto en la historia de los judíos polacos, conviene en ello.

"A los jefes militares no les gustaba que los políticos civiles interfirieran en sus asuntos", declara Stola a la AFP. 

A los mandos militares aliados bombardear Auschwitz o sus líneas de suministro "les parecía una operación humanitaria y no querían", explica.

Auschwitz-Birkenau, el campo de concentración nazi más grande y mortal de todos, es el único que se ha conservado. Fue abandonado por los alemanes que huían del avance del Ejército Rojo. 

Creado y administrado por los nazis alemanes desde 1940 hasta 1945, Auschwitz formó parte de una red de campos en Europa, puesta en marcha como parte de la "Solución final" de Adolf Hitler, para el genocidio de unos 10 millones de judíos europeos. 

El 90% de los 3,3 millones de judíos polacos de antes de la guerra murieron bajo la ocupación alemana entre 1939 y 1945.

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