El portavoz de la policía de la provincia afgana de Farah, Mohibullah Mohib, confirmó este miércoles que al menos 34 personas murieron y 17 quedaron heridas luego que un autobús activara una mina instalada en una carretera que une Herat con Kandahar, en el distrito de Bala Buluk. 

Algunos de los lesionados fueron trasladados al hospital de Herat, mientras que otros fueron derivados a Farah. Todas las víctimas eran civiles, la mayoría de ellos niños y mujeres, puntualizó Mohib, quien detalló que el autobús "golpeó una bomba talibán situada en la ruta”. Farooq Barakzai, un vocero del gobernador de Farah, confirmó el balance de víctimas y advirtió que podría ser más alto.

Esto, porque aún falta recabar información médica de otros recintos donde han sido trasladados los heridos. Si bien no hubo reivindicación inmediata del ataque, las autoridades dan por descontado que fue obra de los talibanes. El atentado ocurre un día después de que Naciones Unidas afirmase que los civiles continuaban siendo asesinados y heridos a un ritmo "inaceptable” en Afganistán.

Menos víctimas en 2019

A pesar de que el número de víctimas en los seis primeros meses de 2019 se redujo un 27 por ciento respecto al mismo periodo de 2018, 1.366 civiles murieron y 2.446 resultaron heridos, señaló la misión de la ONU en Afganistán (MANUA) en su informe semestral. Esto hace que el objetivo de "víctimas cero” acordado este mes en Doha entre Estados Unidos y los talibanes esté lejos de alcanzarse.

Un tercio de las víctimas son niños (327 muertos y 880 heridos), debido sobre todo a las municiones sin explotar que manipulan sin ser conscientes de los riesgos. Tras casi dos décadas de conflicto, Afganistán se encuentra en una etapa de cierto optimismo debido al avance de estas negociaciones. Sin embargo, los talibanes insisten en la necesidad de que EE.UU. retire sus tropas cuanto antes del país para que el diálogo de paz entre en una nueva fase.

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