Karim Cheurfi, un francés de 39 años, se llamaba el atacante que el jueves asesinó a un policía y dejó a otros dos heridos en los Campos Eliseos, de París, antes de que los uniformados le dieran muerte.

Se trataba de un individuo con un largo historial de delitos y que llevaba tiempo bajo el radar de los autoridades fracesas por sus posibles vinculaciones con grupos terroristas y por sus posturas contra los agentes uniformados.

De hecho, el Estado Islámico reivindicó el mismo jueves su participación en el incidente, aunque identificó al autor como Abu Yousif al-Bajiki (El Belga).

Tanto el nombre como la rapidez de ese reconocimiento ha llamado la atención de algunos medios, como Le Monde, que especulan que los distintos nombres entregados pueden deberse a una forma de distraer a las autoridades o a una confusión que podría suponer un presunto segundo involucrado en los disparos.

Cerca del cuerpo de Cheurfi se encontraron una nota manuscrita defendiendo al grupo Estado Islámico y una copia del Corán. 

Cheurfi contaba con un grueso prontuario, donde resaltaba una condena a 15 años de cárcel por intentar a matar a tres hombres, entre ellos dos agentes uniformados, después de ser detenido tras una persecución automovilística.

Tras cumplir gran parte de la pena, quedó en libertad en 2013; al año siguiente ya estaba de vuelta en prisión por robo agravado, aunque solo estuvo una temporada fuera de las calles.

Su radicalización habría comenzado en 2016. Incluso, en febrero estuvo detenido por un día, debido a que informantes manifestaron que "buscaba comprar armas para matar a policías". Sin embargo, se le dejó libre por falta de pruebas.

Además, desde marzo era investigado por la Dirección General de Seguridad Interior a causa sus intentos de contactar a gente de ISIS. Hasta ahora no se le consideró prioritario.

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