La supuesta idea de Trump de hacerse con Groenlandia, región autónoma perteneciente a Dinamarca, provocó esta semana sorpresa... y risas.

"Acabé llorando de la risa", señaló el exembajador de EE.UU. en Dinamarca, Rufus Gifford, a la radio estadounidense NPR, tras leer el artículo de prensa en el que se aseguraba que Trump había mostrado interés por comprar la isla más grande del mundo.

Según difundió el diario The Wall Street Journal, Trump ha expresado interés, "con mayor o menor nivel de seriedad", en que Estados Unidos adquiera esta isla cubierta de hielo ubicada entre el Atlántico Norte y el Ártico.

Otras fuentes citadas por otros medios de comunicación del país, que también se hicieron eco de la historia, difirieron en si el mandatario estaba bromeando o hablando en serio.

Las autoridades de Groenlandia no tardaron en contestar: "Estamos abiertos a hacer negocios, pero no estamos a la venta".

En cualquier caso y pese a la incredulidad de muchos, lo cierto es que no es la primera vez que un presidente estadounidense propone esta transacción.

Una región estratégica

La idea de comprar Groenlandia se analizó por primera vez en Estados Unidos durante los años 60 del siglo pasado, bajo la presidencia de Andrew Johnson.

En 1867, un informe realizado por el Departamento de Estado de Estados Unidos sugería que la ubicación estratégica de Groenlandia, junto a sus abundantes fuentes de recursos, hacían del territorio una adquisición ideal.

"Deberíamos comprar Islandia y Groenlandia, especialmente la segunda. Las razones son políticas y comerciales", destacaba el citado documento.

Entre otras cosas, remarcaba su vasta industria pesquera, su extensa costa, sus numerosos puertos o su abundante "carbón" o preciados minerales que podrían impulsar el liderazgo de Estados Unidos en el mundo.

No obstante, no fue hasta 1946 cuando llegó una oferta "formal".

Entonces, el expresidente Harry S. Truman ofreció a Dinamarca US$100 millones por la isla, en oro, lo que equivaldría a unos US$1.300 millones actuales, según calculó esta semana el medio especializado Business Insider.

Anteriormente el exmandatario había especulado con la posibilidad de intercambiar parte del territorio de Alaska por zonas estratégicas de Groenlandia, informó por su parte la agencia de noticias estadounidense AP.

CLAVES SOBRE GROENLANDIA

  • Es el doceavo territorio más grande del mundo (diez veces más grande que Reino Unido) y la isla más grande del planeta: dos millones de kilómetros cuadrados de roca y hielo.
  • Sin embargo, su población es minúscula: son solo unas 57.000 personas.
  • Es un territorio autónomo danés, con un gobierno propio limitado.
  • Dinamarca aporta dos tercios de los ingresos presupuestarios de Groenlandia, el resto proviene principalmente de la pesca.
  • Sus potenciales reservas de petróleo, gas y minerales de tierras raras han atraído a empresas de prospección.
  • Groenlandia se está viendo afectada por el cambio climático: se cree que está causando un rápido derretimiento del hielo, lo que al mismo tiempo ha incrementado el acceso a sus recursos minerales.

"Indispensable"

Aparentemente, la propuesta de comprar Groenlandia surgió por primera vez en noviembre de 1945, cuando un senador republicano dijo que las fuerzas armadas del país consideraban que era una "necesidad militar".

En abril de 1946, en un encuentro del comité de estrategia y planificación del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, un funcionario del Departamento de Estado aseguró que "prácticamente todos los miembros... consideraron que el objetivo real respecto a Groenlandia debería ser su compra a Dinamarca".

"El comité indicó que el dinero es abundante ahora, que Groenlandia no tiene ningún valor para Dinamarca y que el control del territorio es indispensable para la seguridad de Estados Unidos", recogió la agencia AP.

El ex embajador de Estados Unidos en Dinamarca durante el gobierno de Barack Obama, Rufus Gifford, recordó la situación en la que se encontraba el país en ese momento.

"Tenemos que fijarnos en cómo estábamos geopolíticamente entonces, en 1946 (...) Tras la Segunda Guerra Mundial y de camino a la Guerra Fría, Estados Unidos tenía una gran preocupación por la continuación de la inestabilidad política en Europa", explicó en declaraciones a NPR.

"La idea de que los adversarios de Estados Unidos pudieran de alguna manera adentrarse en un lugar tan cercano (a EE.UU.) como Groenlandia era una amenaza real".

Gifford considera que la situación actual dista mucho de la de entonces. Ahora, señaló, el país tiene una relación militar y económica muy fuerte con Groenlandia, y no cree que su compra fuera beneficiosa para ninguna de las dos sociedades.

La base

La respuesta de Dinamarca no fue positiva para Truman a finales de los 40, pero la Casa Blanca acabó obteniendo un acuerdo para construir una base militar en el territorio a principios de los años 50, a comienzos de la Guerra Fría.

La base aérea de Thule sigue siendo en la actualidad la base militar de Estados Unidos más septentrional y un ejemplo de la importancia estratégica que aún le da el país a la isla.

De hecho, esta semana hubo quien sí respaldó la supuesta idea de Trump de adquirir el territorio y anexionarlo así a EE.UU. por cuestiones de seguridad, frente a las ambiciones de países como China.

"Es una decisión inteligente. Estados Unidos tiene un interés estratégico firme en Groenlandia y sin duda alguna esto debería estar sobre la mesa", tuiteó el republicano Mike Gallagher.

Pese a que la oferta del expresidente Harry S. Truman no salió adelante, hubo una transacción anterior entre ambos países que sí fructificó.

En 1917, EE.UU. le compró a Dinamarca las Indias Occidentales y las rebautizó como Islas Vírgenes de EE.UU.

El ex embajador estadounidense en Dinamarca también recordó ese capítulo de la historia entre ambos países y remarcó que Washington consiguió las islas "por un buen precio".

Los daneses "aún están superándolo", comentaba entre risas en declaraciones a NPR.

"Eso me dice que no van a dejar que esto pase. No dejarán que la historia se repita".

 

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