"Entre más invisibles se hacen las cosas, es menos probable que las compartas", dice James Downs.

A sus 31 años, este joven británico habla sobre su batalla contra la bulimia, la cual describe como "una experiencia que lo aisló".

La bulimia es un trastorno de alimentación y un problema de salud mental que se manifiesta cuando las personas comen grandes cantidades de alimentos de forma compulsiva y rápida y después se provocan vómitos, ingieren laxantes o se ejercitan excesivamente.

Al hacerlo, intentan contrarrestar los alimentos consumidos y evitar subir de peso.

De adolescente, James desarrolló anorexia, otro trastorno de la alimentación que se caracteriza por dejar de comer para prevenir cualquier aumento de peso.

"Cuando recuperé el peso, me quedé con síntomas bulímicos, lo cual es una experiencia bastante común", le dijo Downs al programa de la BBC Newsbeat.

Dar el paso

Pasaron seis años antes de que recibiera tratamiento.

"Es bastante duro dar el paso y pedir ayuda, y para cuando la recibes, puede llegar a ser más difícil lidiar con eso".

Confiesa que aún no se ha "recuperado totalmente" y todavía tiene dificultades con la bulimia.

"Es un proceso en desarrollo para mí. Y creo que si hubiese tenido ayuda antes, tal vez no estaría viviendo con un trastorno alimenticio", agrega.

"Me entristece mucho pensar en el impacto que ha tenido en mi vida".

Invisibilidad

Downs contó lo que sintió cuando vio un documental de la BBC en el que el exjugador de cricket Andrew Flintoff, una estrella del deporte inglés también conocido como Freddie Flintoff, hablaba del desorden alimenticio que tuvo que enfrentar.

En el programa, Flintoff relató cómo sus problemas con la bulimia comenzaron cuando, en la primera etapa de su carrera internacional, se le puso el foco a su peso.

Para James, los detalles de esa historia se hicieron "difíciles" de seguir.

"Tuve que detenerlo (el programa) un par de veces, porque las cosas que Freddie decía eran muy cercanas a mi propia experiencia".

James hubiese deseado "haber visto a gente como Freddie" cuando era más joven, pues eso le hubiese podido ayudar a sentir que lo que estaba viviendo no era su culpa.

"Es realmente duro cuando no te ves reflejado en los servicios que te rodean o cuando esta falta de visibilidad te dice que tus experiencias no son reales".

De hecho, dice que casi no ha conocido pacientes hombres como él.

Cree que el documental del exdeportista "destapará el problema" y será muy útil para los hombres.

"Ser un hombre con un desorden alimenticio puede ser una experiencia particularmente aisladora y solitaria porque no escuchas o ves a otras personas como tú hablando sobre las vivencias por las que estás pasando".

"Cuando alguien que tiene un perfil muy alto sale y habla de eso, te da una sensación de alivio".

Downs piensa que la bulimia a menudo se aleja más del radar que la anorexia.

"Pero el documental mostró que puedes estar en la cima de tu juego y aún estar luchando con algo que puede tener un gran impacto en tu salud".

"No es necesario sufrir solo"

Un joven de 17 años, que también vio el documental y cuya identidad reservamos, destacó una parte en particular del programa.

"El momento en que piensa en ir a un especialista. Eso resuena en mí porque me tomó mucho tiempo hablar con alguien", le contó a Newsbeat

Considera que el documental creará conciencia y "le hará saber a la gente que no es necesario que sufra sola".

Han pasado cinco meses desde la última vez que se enfermó y atribuye su progreso a las personas que lo rodean, como su madre.

"Si sentía que quería provocarme un vomito, ella me hacía darme cuenta de que sólo me iba a hacer daño a mí mismo".

El estigma

Los hombres no son los únicos a los que testimonios como el de Flintoff pueden ayudar.

Rosie Forder tiene 20 años y cree que el hecho de que alguien tan destacado y exitoso como él sea tan abierto sobre lo que vivió puede ayudar a eliminar el estigma en torno a los trastornos alimenticios.

"Se asume que simplemente puedes dejar de purgarte y comer bien. Esa es la mentalidad que los rodea", señala.

"Si ese fuera el caso, los desórdenes alimenticios no existirían".

Forder usa el término "purga", el cual -según el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS)- engloba uno de los síntomas de la bulimia: provocarse vómitos, usar laxantes o hacer una cantidad extrema de ejercicio después de un atracón.

"Todo su viaje (de Flintoff) para darse cuenta de que no se trata solo de purgas, sino también de cosas como el ejercicio excesivo, de lo que no era consciente antes".

Se trata de algo con lo que la joven se ve reflejada, ya que inicialmente no pensó que sus atracones fueran un trastorno.

"Tuve un viaje similar al suyo hasta que me di cuenta de que esto era un problema. Especialmente cuando me comencé a restringir (de comer) y pensé que iba más allá de estar a dieta y perder algo de peso".

Pedir ayuda

Rebecca Willgress es una vocera de Beat, una organización de caridad británica que ayuda a personas con problemas alimenticios, y destaca la importancia de no esperar para pedir ayuda.

Este tipo de desórdenes "pueden afectar a cualquier persona de cualquier edad, sexo, raza u origen".

"Son enfermedades mentales graves, pero sabemos que es posible lograr una recuperación completa y sostenida", indicó.

Es fundamental hablar con un médico para recibir ayuda y "el tratamiento correcto", añadió.

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