Los misteriosos "incidentes" que afectaron a diplomáticos de Estados Unidos en Cuba también se sintieron en la embajada de Canadá.

El gobierno de Justin Trudeau informó este jueves que al menos uno de sus diplomáticos sufrió "síntomas inusuales" durante su misión en La Habana, similares a los reportados por funcionarios de la legación de Estados Unidos.

La víspera, el Departamento de Estado (DE) de Estados Unidos confirmó que miembros de su personal diplomático en La Habana se vieron obligados abandonar Cuba tras una serie de "incidentes" que les provocaron una "variedad de síntomas físicos".

La portavoz de Asuntos Globales de Canadá, Brianne Maxwell, confirmó que los funcionarios de la embajada canadiense también fueron afectados por estos hechos, que ninguno de los tres gobiernos ha aclarado en qué consistieron.

Maxwell indicó que empleados de varias agencias del gobierno canadiense "están conscientes de los síntomas inusuales que afectaron al personal diplomático canadiense y estadounidense y a sus familias en La Habana" y aseguró que las autoridades trabajan en su esclarecimiento.

"Nuestro gobierno está trabajando activamente, incluso con las autoridades de Estados Unidos y Cuba, para determinar la causa", afirmó.

Misteriosos "incidentes"

Hasta el momento, se desconoce a ciencia cierta qué fue lo que sucedió.

La agencia Reuters señaló que un funcionario de Estados Unidos informó bajo la condición de anonimato que varios empleados del DE destinados a La Habana fueron repatriados con problemas de audición en 2016.

Por su parte, fuentes anónimas del gobierno estadounidense indicaron a la agencia Associated Press que la pérdida auditiva de los diplomáticos pudo estar relacionada con dispositivos de sonido que emiten ondas inaudibles que pueden causar sordera.

Los investigadores, según las fuentes de AP, estiman que los aparatos fueron colocados dentro o fuera de las casas de los funcionarios.

También consideran la posibilidad de que un tercer país, "como Rusia", estuviera detrás de los "incidentes", sostuvo AP.

Un funcionario del gobierno de Estados Unidos dijo a la televisora CNN que los hechos apuntan a que no se trató de un caso de espionaje, sino de "un ataque" y reiteró que un tercer país podría estar involucrado en "venganza" por acciones "causan polémica entre Estados Unidos y Cuba".

Respuestas y represalias

A menos de dos años de la apertura oficial de las embajadas en Washington y La Habana, Estados Unidos anunció el miércoles que expulsó en mayo pasado a dos diplomáticos cubanos como respuesta a los "incidentes" ocurridos en Cuba en 2016.

"Algunos miembros de nuestro personal tuvieron la opción de dejar Cuba por razones de salud. Como resultado de eso, invitamos a dos funcionarios cubanos a abandonar Estados Unidos y ya lo han hecho", afirmó la portavoz del DE, Heather Nauert.

El gobierno cubano, por su parte, negó "categóricamente" haber permitido que su territorio fuera utilizado para "cualquier acción en contra de funcionarios diplomáticos" y aseguró estar dispuesto a esclarecer los "incidentes".

"Las autoridades cubanas crearon un comité interinstitucional de expertos para el análisis de los hechos; ampliaron y reforzaron las medidas de protección y seguridad a la sede, su personal y las residencias diplomáticas; y habilitaron nuevos canales de comunicación directa entre la Embajada y el Departamento de Seguridad Diplomática", asegura el comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Cuba calificó de "injustificada e infundada" la decisión de Estados Unidos de expulsar a dos diplomáticos cubanos en respuesta a los "incidentes" reportados en La Habana y reiteró "la disposición a cooperar para lograr el esclarecimiento de esta situación".

La Habana y Washington restablecieron sus relaciones diplomáticas en agosto de 2015, en un proceso de acercamiento que se selló durante una visita del entonces presidente Barack Obama a Cuba.

No obstante, la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump supuso una nueva escalada de tensión entre los dos países.

En mayo pasado, la Casa Blanca anunció una serie de sanciones al gobierno de Cuba, aunque mantuvo las principales políticas impulsadas por Obama, entre ellas, la apertura de las embajadas.

El gobierno de Raúl Castro, por su parte, consideró el anuncio de Trump como un "regreso a la retórica de Guerra Fría".

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