Vino al mundo en una situación muy adversa pero él se aferra a la vida.

El bebé de Marlen Ochoa-López, la mujer latina que con nueve meses de embarazo fue estrangulada en Chicago el mes pasado para arrancarle al niño de su vientre, abrió los ojos por primera vez el domingo pasado.

No era una ocasión cualquiera para el pequeño. Ese día, su padre, Giovanni López, le dio su primer abrazo.

"Estábamos rezando y rezando; y él abrió sus ojos. Y su papa dijo: 'Dios mío, él abrió los ojos'", relató Cecilia García, la portavoz de la familia, a CNN.

García que el bebé permanece grave y sin actividad cerebral pese a lo cual López no lo quiere desconectar.

"Él quiere explorar todas las opciones antes de tomar alguna decisión (definitiva)", comentó a la Agencia EFE.

Explicó que el pequeño, que este 23 de mayo cumple un mes, recibió el nombre de Yovanny Jadiel y que ven como un gesto esperanzador el hecho de que haya abierto los ojos.

"Como otros, todos nosotros estamos motivados por la fe, nosotros tenemos fe, y su padre y el resto de la familia cree que el pequeño se va a recuperar", apuntó.

Nacimiento traumático

Yovanny Jadiel fue llevado al hospital de Chicago el pasado 23 de enero cuando Clarisa Figueroa, una mujer de 46 años de edad, llamó al número de emergencias para reportar que había dado a luz al niño en su casa y que éste presentaba problemas para respirar.

Pruebas de ADN demostraron posteriormente que el bebé era hijo de la fallecida Marlen Ochoa-López y de su marido Yovani López.

De acuerdo con las investigaciones policiales, Figueroa invitó a Ochoa-López a su casa prometiendo regalarle ropa para el futuro bebé pero, una vez allí, la estranguló antes de extraer de su vientre al niño.

La mujer y su hija, Desiree Figueroa, de 24 años, fueron acusadas de asesinato en primer grado y permanecen detenidas sin posibilidad de fianza por orden de un tribunal.

También está detenido Piotr Bobak, el novio de Clarissa, quien enfrenta cargos de haber ayudado a ocultar un homicidio.

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