Cuando parecía que se iba a cerrar un acuerdo histórico sobre la guerra en Afganistán, la más larga jamás librada por Estados Unidos, todo quedó en el aire.

El enviado especial de Washington para la cuestión, Zalmay Khalilzad, lleva al menos un año manteniendo reuniones con dirigentes talibanes en Doha, Qatar.

El lunes de la semana pasada se filtró un borrador que incluía la retirada de unos 5.000 soldados de los 14.000 soldados que EE.UU. aún tiene allí desplegados.

Parecía, pues, que solo faltaba fijar el día de la firma.

Pero este sábado, a través de su cuenta de Twitter, Donald Trump anunció la suspensión de las negociaciones de paz con el Talibán. Lo hizo después de registrarse un ataque con bomba en Kabul.

"Sin que casi nadie lo supiera, los principales líderes talibán y, por separado, el presidente de Afganistán, iban a reunirse conmigo en secreto este domingo en Camp David. Llegaban esta noche a Estados Unidos", informó el presidente estadounidense con un tuit.

"Si no pueden acordar un alto el fuego durante estas importantes conversaciones de paz, e incluso han sido capaces de matar a 12 personas inocentes, entonces probablemente no tengan el poder necesario para negociar un acuerdo significativo", añadió.

A lo que el portavoz del Talibán, Zabuhulá Mujahid, contestó este lunes que, con la decisión, "Estados Unidos va a sufrir más que nadie".

El costo principal es el de las bajas, tanto civiles como militares. Pero también está el económico.

¿Pero cuánto realmente le ha costado hasta ahora a Washington estos 18 años de guerra? ¿Y en qué ha gastado el dinero?

En miles de millones

Estados Unidos invadió Afganistán en octubre de 2001, tras acusar al Talibán de albergar a Osama bin Laden y a figuras importantes de al Qaeda vinculadas a los ataques del 11 de septiembre.

Una coalición militar liderada por EE.UU. lo expulsó del poder, tras lo cual el grupo inició una larga insurgencia en todo el país.

El número de tropas estadounidenses en Afganistán creció a medida que Washington invertía miles de millones de dólares para luchar contra los talibanes y financiar la reconstrucción del país.

Entre 2010 y 2012 Washington tenía a 100.000 soldados en ese país. En ese períodoel costo de la guerra creció al menos US$100.000 millones por año, de acuerdo con cifras del gobierno de Estados Unidos.

Luego, el ejército estadounidense cambió su enfoque sobre las operaciones ofensivas y se concentró más en entrenar a las fuerzas afganas, por lo que los costos cayeron drásticamente, y entre 2016 y 2018 el gasto anual fue de alrededor de US$40.000 millones.

El gasto estimado hasta marzo de 2019 es de US$18.000 millones.

Según el Departamento de Defensa de EE.UU., el gasto militar total desde que comenzó la guerra en octubre de 2001 en Afganistán hasta marzo de 2019 fue de US$760.000 millones.

Es una cifra significativamente más alta que la proporcionada por el presidente afgano.

Pero un estudio independiente realizado por el Proyecto Costo de la Guerra de la Universidad Brown apunta que las cifras oficiales de Washington subestiman sustancialmente el dinero invertido en ello.

Por ejemplo, dice que no se incluye el gasto en atención a veteranos de guerra, tampoco el dinero que gastó el gobierno en otros departamentos para actividades relacionadas con el conflicto ni el costo de los intereses de la deuda que contrajo EE.UU. para financiar la guerra.

El estudio dice que si se hubiesen tomado en cuenta estos elementos adicionales, el costo de la guerra sería cercano a US$1 billón.

¿A dónde fue a parar el dinero?

La mayor parte del dinero se gastó en operaciones de contrainsurgencia y en las necesidades de las tropas estadounidenses, como alimentos, ropa, atención médica, pagos especiales y beneficios.

Los datos oficiales muestran que Estados Unidos también ha contribuido con aproximadamente US$133.000 millones a los esfuerzos de reconstrucción en Afganistán. Esto representa el 16% de todo el dinero gastado en los últimos 17 años.

Más de la mitad de ese dinero, es decir, US$83.000 millones, han sido destinados a apoyar a las fuerzas de seguridad afganas, incluido el ejército nacional afgano y la policía.

El resto se ha gastado principalmente en mejorar la gobernabilidad y la infraestructura, así como en ayuda económica y humanitaria e iniciativas antidrogas.

Desde 2002 hasta junio de 2019, EE.UU. ha gastado un promedio de US$1,5 millones por día, o casi US$9.000 millones, en esfuerzos antinarcóticos. Sin embargo, el área dedicada al cultivo de opio ha aumentado, según cifras de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

En 2017, el organismo de control en Estados Unidos responsable de la supervisión de los esfuerzos de reconstrucción dijo que se habían perdido hasta US$15.500 millones en "derroche, fraude y abuso" en los últimos 11 años.

Según el mismo organismo de control, esa cifra es probablemente "solo una parte" del desperdicio total. Agregó que el dinero estadounidense "a menudo exacerbó el conflicto, permitió la corrupción y reforzó el apoyo a los insurgentes".

¿Qué pasa con el costo humano?

Desde que comenzó la guerra contra los talibanes en 2001, las fuerzas estadounidenses han sufrido 2.300 muertes en sus filas y alrededor de 20.500 soldados han resultado heridos en acción.

Según las cifras oficiales, aproximadamente 14.000 militares de Estados Unidos estaban en Afganistán en junio de 2018. A eso se suman los casi 11.000 civiles estadounidenses trabajando como contratistas.

Pero las cifras de víctimas estadounidenses son muy inferiores respecto a la pérdida de vidas entre las fuerzas de seguridad y los civiles afganos.

El presidente afgano, Ashraf Ghani, dijo este año que más de 45.000 miembros de las fuerzas de seguridad de su país habían sido asesinados desde que se llegó al poder en 2014.

La decisión de Ghani de revelar cifras de víctimas fue inusual, ya que los gobiernos de Estados Unidos y Afganistán normalmente no publican las cifras de muertes afganas.

Sin embargo, algunos informes dicen que el número de bajas entre las fuerzas de seguridad afganas ha sido muy alto en los últimos años, de un promedio de entre 30 y 40 por día.

Y según la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán (Unama, por sus siglas en inglés), más de 32.000 civiles han muerto y unos 60.000 han resultado heridos desde que se comenzaron a registrar sistemáticamente las bajas civiles en 2009.

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