Incluido en tarjetas y hasta en peluches, el corazón es el símbolo del Día de San Valentín.

Representa amor y felicidad para muchos, pero para Michelle Crawford también es un recordatorio anual de que recibió una segunda oportunidad en la vida.

El 14 de febrero de 1992, cuando solo tenía 10 años, se sometió a un trasplante de corazón que le salvó la vida.

A su familia le habían dicho que solo le quedaban unas semanas de vida, a menos que se encontrara un donante.

"El consenso en ese momento era 'tenemos que darle una oportunidad a esta chica, debemos ayudarla'", le dijo Michelle a la BBC en el 30 aniversario de la operación.

"Describieron el ancho de mi arteria como que ni siquiera podría ser atravesada con un fósforo", agregó.

"Realmente no pasaba sangre y el corazón tenía una insuficiencia grave, por lo que, en cualquier momento, podría simplemente rendirse", recordó.

Michelle nació con miocardiopatía obstructiva hipertrófica, una afección que hacía que sus órganos fallaran, con células que se engrandecían en el corazón y obstruían el flujo de sangre.

Dada su edad, para protegerla no le contaban todo sobre su situación. "En el fondo sabía que había una sensación de paz, casi una sensación de aceptación de que tal vez no lo lograría", contó.

"La única solución, en realidad, es un corazón nuevo", le dijeron los médicos a su familia en el Hospital Real para Niños de Belfast (Irlanda del Norte) en noviembre de 1991, de acuerdo al relato de Michelle. Ella era de Derry, una ciudad en el noroeste del país británico.

"Ni siquiera sabíamos qué significaba el término 'trasplante'. En términos médicos, yo no estaba en condiciones de pasar por esa operación".

"Esa era la señal"

En febrero de 1992, la noche anterior a la llamada de que se había encontrado un donante, Michelle dijo que había tenido un sueño sobre un trasplante en el que estaba acostada en una cama de hospital junto a otra niña.

"Le sacaron el corazón y luego me lo pusieron a mí", dijo.

"Cuando me desperté y le dije a mi madre, recuerdo que su reacción fue absolutamente atónita".

"Recuerdo que tanto mis padres como mis abuelos decían que esa era la señal de que iba a tener un corazón y que estaría bien", agregó.

Cuando llegó la llamada en la tarde del 13 de febrero, había una ventana de cuatro horas para viajar desde Derry, vía Belfast, hasta el hospital Harefield de Londres.

Llegaron esa noche y Michelle estuvo en la sala de operaciones durante más de siete horas, hasta la madrugada del Día de San Valentín.

Al despertar, la niña de 10 años solo podía comunicarse escribiendo notas, dado que estaba recibiendo oxígeno a través de una mascarilla.

Las notas que compartió con la BBC revelan cuán aterradora y confusa fue la experiencia para ella.

"Tengo miedo", decía uno, otro: "Quiero a mi mami y a mi papi aquí", y: "Anoche me dolió".

"Mucho de eso se basó en el miedo, así es como me sentí en ese momento, fue petrificante", afirmó.

"¿Estoy muerta? ¿Me estoy muriendo? ¿Qué me pasa? No puedo respirar", pensaba entonces.

Sin embargo, la diferencia después de la operación fue grande. Michelle dijo que se acuerda vívidamente haber visto su "nuevo yo" por primera vez.

"Recuerdo cuando me levantaron. Me desperté, me senté de la cama y mi madre dijo: '¿Te gustaría mirarte en el espejo?'".

"En realidad, no pude reconocer en absoluto a la niña pequeña de antes, estaba completamente cambiada al instante".

"Tenía una cara fresca y brillante, tenía mejillas rosadas por primera vez en mi vida, tenía labios rojos brillantes".

"Estaba rebosante de vida y eso era muy evidente y me encantaba cómo me veía, porque era como mi nuevo yo: hermoso, absolutamente hermoso".

Un segundo cumpleaños

Michelle dijo que el Día de San Valentín se convirtió desde entonces en "un segundo cumpleaños".

"Es algo que nunca te deja, es una experiencia tan profunda, física, mental, emocional y espiritualmente".

"Creo que es increíble para mí que cayera en una fecha tan especial y me siento muy bendecida con ello".

"Suena muy cursi decir que obtuve un nuevo corazón en el Día de San Valentín, pero si va a haber un día en el año, ¡es el más perfecto!".

A principios de febrero, la Asamblea de Irlanda del Norte aprobó un proyecto de ley para obligatoriedad en la donación de órganos a partir de 2023, salvo expresa voluntad del individuo.

Pronto recibirá la aprobación real y se conocerá comúnmente como "Ley de Dáithí" en honor a Dáithí MacGabhann, un niño de 5 años de Belfast que está esperando un trasplante de corazón.

Michelle instó a su familia a "nunca perder las esperanzas" y los felicitó por su campaña que condujo a la legislación.

"Hemos esperado tanto tiempo y va a dar vida y mejorar la vida de tanta gente que está esperando", dijo.

"Creo que es un niño increíble".

"Todo el mundo está dispuesto y no puede esperar a que ese niño tenga el nuevo corazón que tanto se merece".

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