Había sido acusado de utilizar su propio esperma para fecundar a sus pacientes sin su consentimiento... y las pruebas confirmaron que fue padre de 49 hijos.

El médico Jan Karbaat, quien murió en 2017 a los 89 años, fecundó a mujeres que acudieron a su clínica de fertilidad en Bigdorp, cerca de Rotterdam, Holanda, sin que ellas lo supieran.

Así lo confirmaron este viernes los resultados de las pruebas de ADN realizadas en el marco de una investigación, después de que la justicia de ese país accediera a que fueran publicados.

Estos 49 casos se suman a otros 22 hijos biológicos de Karbaat con sus tres esposas, lo que lo convierte en padre de al menos 71 holandeses entre las cientos de personas nacidas por inseminación artificial que están reclamando que la justicia les permita hacerse la prueba de ADN para salir de dudas, informó la agencia Efe.

"Tras 11 años de búsqueda, puedo continuar con mi vida", manifestó uno de los hijos de Karbaat, llamado Joey, a la cadena holandesa NOS tras conocerse la noticia.

El doctor fue llevado por primera vez ante la justicia en 2017 por un grupo de hijos nacidos por inseminación artificial -y sus padres- ante sospechas de que tenían un vínculo con el doctor.

"Muchos de ellos se sentaron codo con codo en el tribunal, compartiendo claramente rasgos físicos distintivos del médico, pero mostrándose inseguros de que estuvieran relacionados biológicamente", explicó Anna Holligan, corresponsal de la BBC en Holanda.

Antes de su muerte, Karbaat admitió ser padre de alrededor de 60 niños durante su periodo al frente de la clínica, que cerró en 2009 en medio de acusaciones de irregularidades, publicó la agencia AFP.

El polémico médico también reconoció en el pasado haber mezclado el semen de diversos donantes para aumentar las probabilidades de fecundación.

"Graves sospechas"

El letrado Tim Bueters, que representó al grupo que confirmó este viernes su relación biológica con el médico, aseguró a la prensa que los afectados están "satisfechos de poder poner fin a años de incertidumbre", ya que tanto Karbaat como su esposa se negaron a facilitar la realización de las pruebas por miedo, entre otras cosas, a que reclamaran la herencia, indicó Efe.

La justicia holandesa determinó en 2017 que se podían llevar a cabo pruebas de ADN, pero precisó que los resultados tenían que mantenerse bajo secreto hasta que otros casos se resolvieran, según informaron medios locales.

En febrero de este año, el Tribunal de Distrito de Rotterdam concluyó que los resultados de las pruebas podían ser publicados.

Karbaat se describió a sí mismo como un "pionero en el campo de la fertilización".

Su clínica fue cerrada en 2009 entre las acusaciones de falsificación de datos, análisis y descripciones de los donantes y de exceder el número permitido de niños por donante (seis).

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