La sala y las calles se quedaron pequeñas para despedir al joven Otto Warmbier.

El pequeño suburbio de Wyoming, en Cincinnati, Ohio, despidió emotivamente a uno de sus residentes, Otto Warmbier, el estudiante estadounidense que murió días después de volver de Corea del Norte, donde estuvo preso 17 meses y donde había caído en coma.

Miles de personas llenaron la escuela secundaria en la que estudió el joven de 22 años, para participar en su funeral, informó el corresponsal de la BBC Aleem Maqbool.

Agencias reportaron que la ceremonia reunió a unos 2.500 familiares, amigos y otros ciudadanos.

Los asistentes al funeral formaron dos líneas en las calles mientras el ataúd que llevaba a Warmbier era trasladado a la escuela donde se celebró una ceremonia de 45 minutos.

"Para la mayoría, el ataúd era la primera cosa que veían de Otto desde que se fue a Corea del Norte, una terrible confirmación del escandaloso y surrealista conjunto de circunstancias que se habían dado desde principios de 2016", dijo Aleem Maqbool.

Sólo había espacio para 800 personas dentro del auditorio de la escuela, por lo que el resto tuvo que seguir la ceremonia a través de unos monitores instalados en otros salones, según agencias de noticias.

Entre los presentes en el funeral, había funcionarios de departamentos estatales y de defensa, reporta Maqbool.

En declaraciones a reporteros, el senador de Ohio Rob Portman, que había participado en la búsqueda para llevar a Otto de vuelta a casa, elogió el apoyo que la familia Warmbier recibió de la comunidad del suburbio de Wyoming.

"Este proceso ha sido una ventana tanto hacia el mal, como hacia el amor y el bien. Hoy estamos viendo lo bueno", dijo y añadió que los norcoreanos "necesitan asumir su responsabilidad" por el "espantoso" trato a Warmbier.

Razones desconocidas

A fines de diciembre de 2015, Warmbier viajó como turista desde China a Corea del Norte, y pasó Año Nuevo en este país.

Cuando intentó salir, el estudiante de la Universidad de Virginia, EE.UU., fue detenido en el aeropuerto de Pyongyang. Dos meses después fue condenado a 15 años de trabajos forzados por tratar de robar un cartel de propaganda, y luego quedó en coma, por causas que aún no quedan claras.

Pyongyang dijo que Warmbier estuvo en coma desde que fue enjuiciado, después de contraer botulismo y tomar una píldora para dormir.

Sin embargo, los médicos estadounidenses dijeron que no había evidencia de que hubiera sufrido botulismo, y la familia Warmbier cree que murió como resultado de un "terrible y tortuoso maltrato".

La semana pasada fue liberado "por razones humanitarias" y el 13 de junio llegó a Cincinnati, Ohio. Murió el lunes 19.

Sus padres dicen que aunque él nunca habló o abrió los ojos, "la expresión de su rostro cambió: estaba en paz, estaba en casa y creemos que podía sentir eso".

Médicos estadounidenses dicen que sufrió una "lesión neurológica severa", y la causa más probable de eso fue un paro cardiopulmonar que interrumpió el suministro de sangre al cerebro.

A petición de la familia, no le practicaron una autopsia.

Después del funeral, los asistentes formaron filas para ver pasar el cortejo fúnebre. Los árboles de las calles que recorrió tenían amarradas cintas blancas y azules, en honor a Otto.

"Hay muchas personas en todo el país que se preguntan cómo Corea del Norte pagará por lo que muchos ven como el asesinato de un ciudadano estadounidense", comenta el corresponsal de la BBC.

Tensión creciente

La muerte de Otto Warmbier ha aumentado las tensiones entre EE.UU. y Corea del Norte.

Pyongyang calificó al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, como "psicópata", mientras que este describió a Corea del Norte como un régimen brutal.

El periódico oficial de Pyongyang, Rodong Sinmun, afirmó que Trump podría lanzar un ataque preventivo contra Corea del Norte para desviar la atención de sus dificultades domésticas, y advirtió a Corea del Sur que "seguir al psicópata Trump... sólo llevará al desastre".

A inicios de semana, tras anunciar la muerte de Warmbier, el presidente Trump dijo que estaba decidido a "evitar que tales tragedias llegaran a personas inocentes a manos de regímenes que no respetan el estado de derecho o la decencia humana básica".

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