Es una sentencia definitiva e inapelable. El Tribunal Supremo de Francia autorizó a los médicos a desconectar los sistemas de alimentación artificial que mantienen con vida a Vincent Lambert, un hombre que se encuentra en estado vegetativo desde hace 11 años y cuyo caso ha dividido a su familia y la sociedad en ese país.

La Corte de Casación revocó una sentencia de un tribunal inferior que el pasado 20 de mayo había detenido el proceso de desconexión de Lambert, lo que provocó controversia.

Lambert, de 42 años, lleva en estado vegetativo desde que sufrió un accidente de motocicleta en 2008.

Durante mucho tiempo su esposa ha pedido que le retiren los tubos de alimentación, mientras que sus padres insisten en que la vida de su hijo debe preservarse.

"Ya no hay más recursos posibles", dijo ante la prensa Patrice Spinosi, el abogado de la esposa de Lambert, tras conocerse la sentencia que de forma indirecta autoriza a que los médicos detengan los cuidados al enfermo.

El caso ha resultado ser extremadamente divisivo en Francia, donde la eutanasia es ilegal, pero los médicos pueden colocar a los pacientes con enfermedades terminales en una sedación profunda.

Familia dividida

Los abogados de los padres de Lambert amenazaron este viernes con presentar una acusación por homicidio si los sistemas de alimentación artificial son retirados.

Sin embargo, la posición de la esposa de Lambert es compartida por seis de sus hermanos y por un sobrino, que señalan que la decisión más humana en este caso es dejarlo morir.

El caso fue objeto de varios fallos judiciales e incluso llegó hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).

En 2015, el TEDH confirmó la decisión de un tribunal francés de permitir que Lambert deje de recibir el soporte vital.

No obstante, los médicos no llevaron a cabo el plan en ese entonces, en medio de las preocupaciones de seguridad planteadas por el padre de Lambert, quien temía que hubiera un plan para secuestrarlo.

 

 

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